En una emotiva celebración realizada en el Templo Catedral de La Serena, la comunidad se reunió para conmemorar el Día Nacional del Migrante, una jornada dedicada a reflexionar sobre la importancia de la integración y el respeto hacia quienes llegan al país en busca de nuevas oportunidades.
Durante su homilía, Mons. Rebolledo reflexionó sobre los textos bíblicos del día y subrayó la importancia de no caer en la generalización y los prejuicios, instando a los asistentes a acogerlos con respeto y empatía.
El arzobispo recordó que la presencia de migrantes en el país enriquece la cultura y fortalece los lazos de fraternidad, invitando a todos los presentes a ser promotores de una sociedad más inclusiva y solidaria.
La celebración contó con la participación de familias migrantes que compartieron sus testimonios y experiencias, destacando los desafíos que enfrentan y la esperanza que los impulsa a construir una vida mejor en Chile. Entre ellos, María Hernández, una migrante venezolana que llegó al país hace tres años con su esposo e hijos pequeños, compartió su experiencia de adaptación: “Llegamos con muchas expectativas y también con miedo, pero poco a poco hemos ido encontrando nuestro lugar. La fe ha sido nuestro mayor soporte, cada día agradecemos a Dios por la oportunidad de empezar de nuevo y por las personas que hemos encontrado en el camino, que nos han acogido y apoyado”.
Otro testimonio fue el de José Luis Pabón, un joven colombiano que emigró solo en busca de oportunidades laborales para ayudar a su familia en su país de origen. “El comienzo fue muy duro, con muchas incertidumbres y desafíos, pero la fe me ha dado la fuerza para seguir adelante. Encontrar una comunidad en la Iglesia me ha hecho sentir en casa, y es allí donde me he fortalecido. Agradezco a Dios y a esta comunidad que me ha recibido con los brazos abiertos y que me ha mostrado que no estoy solo en este camino”.
La Celebración del Día Nacional del Migrante en la Catedral de La Serena cerró con un mensaje de esperanza y unidad, destacando la importancia de la empatía y la solidaridad en tiempos de cambios y desafíos. Con los testimonios de fe y resiliencia de los migrantes presentes, quedó claro que la integración y el respeto son pilares esenciales para construir una sociedad más inclusiva y humana, donde cada persona, sin importar su origen, pueda sentirse valorada y acogida.