“Reflexionar y trabajar todos juntos, como seguidores de Jesús que sana, para construir un mundo mejor, lleno de esperanza para las generaciones futuras” es el deseo que manifestó el Papa Francisco al retomar las Audiencias Generales de los miércoles luego del receso del mes de julio. De este modo, dio comienzo a un nuevo ciclo de catequesis que abordará las cuestiones apremiantes que la pandemia ha puesto de relieve, sobre todo las enfermedades sociales, “a la luz del Evangelio, de las virtudes teologales y de los principios de la doctrina social de la Iglesia”.
“La pandemia sigue causando heridas profundas, desenmascarando nuestras vulnerabilidades. Son muchos los difuntos, muchísimos los enfermos, en todos los continentes. Muchas personas y muchas familias viven un tiempo de incertidumbre, a causa de los problemas socio-económicos, que afectan especialmente a los más pobres”, manifestó Francisco.
ABRAZAR LA ESPERANZA DEL REINO
Frente a esta crisis sanitaria, el Papa nos propone “tener bien fija nuestra mirada en Jesús (cfr Hb 12, 2) y con esta fe abrazar la esperanza del Reino de Dios que Jesús mismo nos da. Un Reino de sanación y de salvación que está ya presente en medio de nosotros (cfr Lc 10,11). Un Reino de justicia y de paz que se manifiesta con obras de caridad, que a su vez aumentan la esperanza y refuerzan la fe (cfr 1 Cor 13,13)”.
FE, ESPERANZA Y CARIDAD
A través de sus palabras, el Papa Francisco nos recuerda que “en la tradición cristiana, fe, esperanza y caridad son mucho más que sentimientos o actitudes”. Como explica el Catecismo de la Iglesia “son virtudes infundidas en nosotros por la gracia del Espíritu Santo (cfr CCC, 1812-1813)”, son “dones que nos sanan y que nos hacen sanadores, dones que nos abren a nuevos horizontes, también mientras navegamos en las difíciles aguas de nuestro tiempo”.
“Un nuevo encuentro con el Evangelio de la fe, de la esperanza y del amor nos invita a asumir un espíritu creativo y renovado” explicó el Papa, y reconociendo que “de esta manera, seremos capaces de transformar las raíces de nuestras enfermedades físicas, espirituales y sociales”, sanado las estructuras injustas y sus prácticas destructivas que nos separan los unos de los otros.
SANAR NUESTRO MUNDO DE HOY
El Pontífice nos invita a preguntarnos: ¿de qué modo podemos ayudar a sanar nuestro mundo, hoy? “Como discípulos del Señor Jesús, médico de las almas y de los cuerpos, estamos llamados a continuar «su obra de curación y de salvación» (CCC, 1421) en sentido físico, social y espiritual”.
“La Iglesia, aunque administre la gracia sanadora de Cristo mediante los Sacramentos, y aunque proporcione servicios sanitarios en los rincones más remotos del planeta, no es experta en la prevención o en el cuidado de la pandemia. Y tampoco da indicaciones socio-políticas específicas. Esta es tarea de los dirigentes políticos y sociales.”
Al final de la Audiencia, Francisco se refirió también a lo sucedido en El Líbano: “Ayer en Beirut, en la zona portuaria, enormes explosiones causaron docenas de muertos y miles de heridos, y muchas destrucciones graves. Rezamos por las víctimas y sus familias; y rezamos por el Líbano para que, con el compromiso de todos sus componentes sociales, políticos y religiosos, pueda afrontar este trágico y doloroso momento y, con la ayuda de la comunidad internacional, superar la grave crisis que atraviesa.”