En la catequesis de la audiencia general, el Papa, a pocos días de la Navidad, habló del nacimiento del Niño Jesús y subrayó que la alegría es saberse amado con un amor concreto: sin la humildad nos quedamos sin entender a Dios ni a nosotros mismos, dijo Francisco.
“Reflexionamos sobre el nacimiento de Jesús, que al entrar en el mundo no encontró sitio en la posada. Fueron el ángel y la estrella los que lo anunciaron y guiaron a los pastores y a los magos hacia Él. Y en estos personajes reconocemos a los pobres del mundo que son conscientes de su fragilidad y también a los que teniendo posición o riquezas no viven sometidos a ellas. Su ejemplo nos invita a recorrer la vía de la humildad, la única que conduce hacia el Señor, y volver, como ellos, trasformados y glorificando a Dios por las maravillas que habían visto y oído“, sostuvo el Pontífice.
Tras recordar que “¡al Creador del universo no le fue concedido un lugar para nacer!”, Francisco planteó que tal vez “fue una anticipación de lo que dice el evangelista Juan: ‘Vino a su casa, y los suyos no la recibieron’; y de lo que Jesús mismo dirá: ‘Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza”.
El Santo Padre destacó también que “un ángel quien anunció el nacimiento de Jesús, y lo hizo a los pastores humildes. Y fue una estrella la que indicó a los Magos el camino para llegar a Belén El ángel es un mensajero de Dios”. De ahí su afirmación: “La estrella recuerda que Dios creó la luz y que ese Niño será ‘la luz del mundo’, como Él mismo se autodefinirá, la ‘luz verdadera’ […] que ilumina a todo hombre, que ‘brilla en las tinieblas y las tinieblas no la vencieron’”.
Luego añadió que “los pastores representan a los pobres de Israel”, a las “personas humildes que interiormente viven con la conciencia de la propia falta”, y precisamente por esto “confían más que los otros en Dios”. De manera que, “son ellos los primeros en ver al Hijo de Dios hecho hombre, y este encuentro les cambia profundamente. Cuenta el Evangelio que se volvieron ‘glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto’”.
“Volvamos a casa con el deseo de los ángeles: ‘Paz en la tierra a los hombres que ama el Señor’. Recordemos siempre: ‘En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó […]. Él nos amó primero’”, precisó Francisco, para luego precisar cuál es el motivo de nuestra alegría frente al Nacimiento de Jesús: “Saber que hemos sido amados sin ningún mérito, siempre somos precedidos por Dios en el amor, un amor tan concreto que se ha hecho carne y vino a habitar en medio de nosotros. Este amor tiene un nombre y un rostro: Jesús es el nombre y el rostro del amor que está en el fundamento de nuestra alegría“.
Al concluir su catequesis, el Santo Padre se dirigió de esta manera a los fieles de lengua española: “Que el nacimiento de Cristo llene sus corazones y el mensaje de los ángeles: «Paz en la tierra a los hombres que ama el Señor» presida sus vidas, recordando que Dios nos ha amado primero. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias y feliz Navidad“.