En su catequesis de los miércoles, el Papa Francisco continuó su reflexión en torno a la carta de san Pablo a los Gálatas. Esta vez, abordó el pasaje en que el Apóstol de los Gentiles reprende a Pedro por ciertos comportamientos incoherentes que causaban división en la comunidad. En este sentido, el Pontífice subrayó que la hipocresía “pone en peligro la unidad en la Iglesia por la cual Jesús mismo ha rezado” y por ello alienta a todos, a “no tener miedo a la verdad ni ocultarnos detrás de una máscara” ya que esto “no nos permite ser nosotros mismos“.
En ese sentido, Pablo reconoce haber hecho una corrección a Pedro, ante la comunidad de Antioquía, porque su comportamiento no era siempre coherente y de esta forma ponía en juego la relación entre la Ley y la libertad. “Sin quererlo, Pedro, con esa forma de actuar, creaba de hecho una división injusta en la comunidad”, explicó el Santo Padre, destacando algunos episodios que cita Pablo a propósito de lo que había sucedido en Antioquía años antes: “Pedro comía sin problema con los no judíos que venían del paganismo, algo que estaba prohibido por la Ley, pero cuando llegaron a la ciudad algunos cristianos circuncisos de Jerusalén, es decir que respetaban la Ley mosaica, entonces Pedro ya no comía con los gentiles para no incurrir en sus críticas”.
El Papa subrayó que este acto es considerado grave a los ojos de Pablo, “porque Pedro era imitado por otros discípulos, el primero de todos Bernabé, que junto con Pablo había evangelizado precisamente a los Gálatas” y utilizó un término que permite entrar en el fondo de su reacción: “hipocresía” (cfr Gal 2,13) ya que la observancia de la Ley por parte de los cristianos llevaba a este comportamiento hipócrita que el apóstol pretende combatir con fuerza y convicción.
MIEDO A DECIR LA VERDAD
El Pontífice hizó hincapié en que la hipocresía es miedo por decir la verdad. “Se prefiere fingir en vez de ser uno mismo. Fingir impide la valentía de decir abiertamente la verdad y así se escapa fácilmente a la obligación de decirla siempre, sea donde sea y a pesar de todo. En un ambiente donde las relaciones interpersonales son vividas bajo la bandera del formalismo, se difunde fácilmente el virus de la hipocresía”, precisó.
Al mismo tiempo, Francisco recordó que en la Biblia se encuentran diferentes ejemplos en los que se combate la hipocresía, algo que también Jesús condenó porque nos aleja de la verdad, para llevarnos por el camino de la falsedad e iniquidad.
Para el Obispo de Roma, el hipócrita es una persona que finge, adula y engaña porque vive con una máscara en el rostro y no tiene el valor de enfrentarse a la verdad. “Por eso no es capaz de amar verdaderamente: se limita a vivir de egoísmo y no tiene la fuerza de demostrar con transparencia su corazón”, manifestó.
UN DAÑO A LA IGLESIA
Además, el Santo Padre puntualizó que hay muchas situaciones en las que se puede verificar la hipocresía ya que, a menudo, esta se esconde en el lugar de trabajo, “donde se trata de aparentar amigos con los colegas mientras la competición lleva a golpearles a la espalda“. “También en la política donde no es inusual encontrar hipócritas que viven un desdoblamiento entre lo público y lo privado“, afirmó Francisco añadiendo que la hipocresía en la Iglesia es algo particularmente detestable: “la hipocresía pone en peligro la unidad en la Iglesia por la cual el Señor mismo ha rezado. El miedo a la verdad es un comportamiento que no nos permite ser nosotros mismos. El hipócrita vive en el egoísmo y no tiene la fuerza de mostrar su corazón con transparencia”.
Finalmente, el Papa concluyó invitando a todos a no olvidar nunca las palabras del Señor: “Sea vuestro lenguaje: ‘sí, sí’; ‘no, no’; ya que lo que pasa de aquí viene del Maligno” (Mt 5,37).