La Audiencia General de esta mañana fue la última centrada en la catequesis del Santo Padre sobre la Carta de san Pablo a los Gálatas. A lo largo de su exposición, el Papa destacó la importancia de confiar en que el Espíritu Santo siempre viene a ayudarnos en nuestra debilidad y nos concede el apoyo que necesitamos.
El Pontífice también resalto la labor del Apóstol, a quien, a lo largo de estas semanas, ha sido presentado como evangelizador, teológo y pastor. “Con intuiciones muy originales nos ha presentado la fe en Cristo, no como algo que nos apacigua y aplaca sino como un revulsivo que nos llama como comunidad a abandonar el pecado para seguir la vida del Evangelio”, sostuvo.
El apóstol que defendió “la libertad llevada por Cristo con una pasión que todavía hoy conmueve”, “estaba convencido de haber recibido una llamada a la que solo él podía responder”; y quiso explicar a los cristianos de Galacia “que también ellos estaban llamados a esa libertad, que les liberaba de toda forma de esclavitud, porque les hacía herederos de la promesa antigua y, en Cristo, hijos de Dios”.
Francisco enfatizó también que de la enseñanza de Pablo surge el entusiasmo “que nos lleva a abrazar el camino de la libertad bajo la guía del Espíritu”, en contraposición con el cansancio que surge ante las dificultades. “En esos momentos, tenemos que avivar nuestra fe, despertar a Jesús que duerme en nuestro corazón y escuchar su voz que nos habla. El Señor ve más allá de la tormenta y, a través de su mirada serena, podremos contemplar el panorama de forma distinta”, afirmó.
De acuerdo al Papa, en este camino exigente pero fascinante, el Apóstol nos recuerda que “no podemos permitirnos ningún cansancio en el hacer el bien”, animando a los presentes a no cansarse de “hacer el bien”. Y en toda nuestra vida “debemos confiar que el Espíritu siempre viene a ayudar en nuestra debilidad y nos concede el apoyo que necesitamos”.
“¡Por tanto, aprendamos a invocar más a menudo al Espíritu Santo! “Y Padre, ¿cómo se invoca al Espíritu Santo? Porque sé rezar al Padre, con el Padre Nuestro; sé rezar a la Virgen con el Ave María; sé rezar a Jesús con la Oración de las Llagas, pero al Espíritu… ¿Cuál es la oración del Espíritu Santo?” La oración al Espíritu Santo es espontánea: debe nacer de tu corazón. Debes pedir en los momentos de dificultad: “Espíritu Santo, ven. La palabra clave es esta: venir. Ven. Pero debes decirlo con tu lenguaje, con tus palabras. Ven porque estoy en dificultades, ven porque estoy en la oscuridad, en las tinieblas; ven porque no sé qué hacer; ven porque estoy a punto de caer. Ven. Ven. Es la palabra del Espíritu. Llama al Espíritu. Aprendamos a invocar al Espíritu Santo más a menudo”, precisó el Santo Padre.
Finalmente, al saludar a los fieles presentes que hablan en lengua española, el Pontífice reiteró su llamado: “Los animo a pedir con confianza al Espíritu Santo que ayude nuestra debilidad, lo podemos hacer con la oración que nos propone la liturgia el día de Pentecostés y que empieza así: «Ven Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre, don en tus dones espléndido. Luz que penetras las almas, fuente del mayor consuelo». Nos hará bien recitarla frecuentemente, nos ayudará a caminar en la alegría y en la libertad. Que el Señor los bendiga”.