El Arzobispo de Santiago presidió al mediodía del domingo, la solemne Eucaristía del Domingo de Ramos, en la que afirmó que Dios viene al encuentro de nosotros para rescatarnos de la “lepra del pecado”.
El pastor inició la liturgia en la puerta de la Catedral Metropolitana, desde donde bendijo los ramos de los cuatro mil asistentes, para iniciar luego la solemne procesión hacia el altar, significando el peregrinar de los cristianos hacia la Jerusalén celeste.
Luego, durante la homilía, el cardenal Ezzati señaló que en este día los discípulos de Jesús están invitados a vivir dos experiencias fundamentales de la fe cristiana. La primera, que “Dios viene al encuentro de nuestra humanidad, viene a tocar nuestra humanidad caída, la viene a sanar, a redimir, a hacerla nueva liberándonos de la lepra dele pecado y de todas aquellas ataduras que nos separan de Dios y de los hermanos”. Añadió que celebrar la Semana Santa es descubrir que Dios se hace cercano y asume “toda nuestra condición humana, menos el pecado”.
En segundo lugar, precisó que en la Semana Santa también está la experiencia de que “nosotros estamos invitados a caminar, a salir de nuestra tristeza a salir de nuestra angustia, a salir de la opresión de nuestro pecado, para ir confiadamente al encuentro del Señor, para encontrarnos con su misericordia”. Así, explicó el pastor, esta semana tiene la consecuencia de “que nuestra vida se renueva”, para vivirla no desde la desesperación ni desde el sin sentido, “sino desde la certeza que hay alguien que me amó y se entregó por mí”.
Más adelante afirmó que este encuentro con Dios permite una relación de paz y de serenidad, porque “vivimos en medio de nuestras fragilidades, pero con la confianza de que Dios es nuestro Padre, que Cristo ha entregado su vida por nosotros”. El pastor invitó a que esta experiencia de Dios en nuestras vidas se traduzca en vivir “en la gracia, en la comunión, en el perdón, en la reconciliación de los unos con los otros”. Añadió que es necesario vivir en coherencia, y que “quienes hemos sido perdonados no podemos cerrar nuestro corazón al perdón”. Y así, procurar a una cultura de comprensión mutua, que nos invita a “pensar bien de todos, a hablar bien de todos, a hacerle el bien a todos”.
Finalmente, el cardenal Ricardo Ezzati recordó la reciente visita del papa Francisco y su invitación a preguntarnos frente a cada realidad que él constató, “qué haría Cristo en mi lugar”, como se preguntaba el padre Hurtado.
Al término de sus palabras, el Arzobispo de Santiago invitó a todos los fieles a participar activamente en las celebraciones de Semana Santa en las parroquias y capillas de la arquidiócesis.