Distinguir lo que sucede al interior del alma es complejo para todos, más aún para quienes realizan acompañamiento espiritual (ignaciano). Donde la escucha atenta y el reconocimiento del origen del malestar del otro, se convierten en las claves de toda orientación y/o ayuda espiritual.
No obstante, cuando se trata de casos de depresión y/o desolación espiritual, la distinción suele ser poco clara al igual que la guía que se debe prestar en cada situación. De ahí la importancia de este texto, que logra conjugar la espiritualidad ignaciana con aspectos de la psicología, recurriendo a diferentes fuentes de conocimiento para permitir al lector diferenciar estas difíciles circunstancias que ocurren dentro del ser.
Depresión y desolación son un mal común por estos días, y pueden ser muchas veces confundidos, sin embargo, la naturaleza de ambos en distinta. En la depresión, el sufrimiento tiene relación con persona en sí misma, en cambio en la desolación, la queja se refiere ante todo a su relación con Dios.
Así establece la autora de este artículo, la psicoanalista, Brigitte Aufauvre, apoyándose en ejemplos simples y claros que ayudan al lector a entender y acercarse a estos problemas que aquejan al alma y al cuerpo. En este sentido, la pregunta que guía el artículo será ¿dónde está el límite de un acompañamiento espiritual y una terapia sicológica? Duda que la experta nos invita a resolver a lo largo de este número de Colección Ayudas para el Espíritu.