22º durante el año. Verde.
Gloria. Credo. Prefacio dominical durante el año. Semana 2ª del Salterio.
Los banquetes de Jesús
Jesús es invitado al banquete por uno de los fariseos más influyentes, quien sabe que corre el riesgo de escuchar palabras duras de digerir, pero también puede demostrar a los otros comensales su influencia y poder dándose el lujo de invitar a un huésped incómodo para algunos de sus amigos.
Jesús sabe que lo observan y, al mismo tiempo, observa lo que sucede. Ve como los invitados compiten por los primeros puestos, lo importante es no ser menos que el otro, más considerado que otro comensal… Seguramente él, invitado especial, ocupa uno de esos lugares y puede observar la escena desde un lugar de privilegio.
Mientras se acomodan los puestos según lo dispone el dueño o se los acaparan los prepotentes, Jesús propone otra lógica: elegir el último lugar. No es un lugar de castigo, normalmente es el lugar de Dios, el lugar de Jesús, el de quien vino para servir y no para ser servido, el lugar de quien ama más que nadie y quiere hacer un lugar para los demás.
El que se coloca en el último lugar recibe un tratamiento muy especial: lo llaman amigo.
Jesús se dirige también al dueño de casa para sugerir otra lógica al organizar una fiesta. Nosotros tampoco salimos de la costumbre de invitar a los cuatro escalones sociales más cercanos: familia, parientes, amigos y vecinos importantes. A su vez, ellos nos invitarán. Hay un tácito te invito y no me olvides cuando prepares algo…
Jesús nos pide organizar algo para quienes no pueden darnos nada a cambio… Así se alarga el círculo de los cuatro grados, y entran personas de la comunidad, compañeros de trabajo, compañeros de infancia quizás en dificultades, enfermos a los que podemos levantarles el ánimo…
Ellos no podrán invitarnos, pero nos harán felices porque nos llenarán el corazón de sentimientos que si no hacemos este gesto, no experimentaremos nunca.
Para ser felices, hay que obrar como Dios, que ama sin hacer cálculos.
“Amigo, acércate más”, y así quedarás bien delante de todos los invitados (Lc 14, 10).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: En el Evangelio de este domingo 22 durante el año, Jesús es invitado a un banquete por un influyente fariseo. Bien sabe que lo observan y, al mismo tiempo, está atento a cuanto sucede entre los invitados. Y ve como compiten por los primeros puestos. De allí que Jesús, dirigiéndose al dueño de la casa, le sugiere otra lógica para organizar una fiesta.
1ª LECTURA Ecli 3, 17-18. 20. 28-29
Guía: El Eclesiástico nos asegura que Dios ama al humilde y lo glorifica; mientras que rechaza al soberbio.
Lectura del libro del Eclesiástico.
Hijo mío, realiza tus obras con modestia y serás amado por los que agradan a Dios. Cuanto más grande seas, más humilde debes ser, y así obtendrás el favor del Señor, porque el poder del Señor es grande y Él es glorificado por los humildes. No hay remedio para el mal del orgulloso, porque una planta maligna ha echado raíces en él. El corazón inteligente medita los proverbios y el sabio desea tener un oído atento. Palabra de Dios.
SALMO Sal 67, 4-5. 6-7. 10-11
R. ¡Señor, tú eres bueno con los pobres!
Los justos se regocijan, gritan de gozo delante del Señor y se llenan de alegría. ¡Canten al Señor, entonen un himno a su Nombre! Su Nombre es “el Señor”. R.
El Señor en su santa Morada es padre de los huérfanos y defensor de las viudas: Él instala en un hogar a los solitarios y hace salir con felicidad a los cautivos. R.
Tú derramaste una lluvia generosa, Señor: tu herencia estaba exhausta y tú la reconfortaste; allí se estableció tu familia, y tú, Señor, la afianzarás por tu bondad para con el pobre. R.
2ª LECTURA Heb 12, 18-19. 22?24
Guía: La carta a los Hebreos hace un ferviente llamado a llevar una vida acorde con la presencia de Jesús, nuestro mediador.
Lectura de la carta a los Hebreos.
Hermanos: Ustedes no se han acercado a algo tangible: “fuego ardiente, oscuridad, tinieblas, tempestad, sonido de trompeta, y un estruendo tal de palabras”, que aquéllos que lo escuchaban no quisieron que se les siguiera hablando. Ustedes, en cambio, se han acercado a la montaña de Sión, a la Ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén celestial, a una multitud de ángeles, a una fiesta solemne, a la asamblea de los primogénitos cuyos nombres están escritos en el cielo. Se han acercado a Dios, que es el Juez del universo, y a los espíritus de los justos que ya han llegado a la perfección, a Jesús, el mediador de la Nueva Alianza y a la sangre purificadora que habla más elocuentemente que la de Abel. Palabra de Dios.
ALELUIA Mt 11, 29
Aleluia. “Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón”, dice el Señor. Aleluia.
EVANGELIO Lc 14, 1. 7-14
Guía: Viendo cómo los invitados competían para ocupar los primeros puestos, Jesús nos sugiere otra lógica interior para participar de la celebración.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Y al notar cómo los invitados buscaban los primeros puestos, les dijo esta parábola: “Si te invitan a un banquete de bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder que haya sido invitada otra persona más importante que tú, y cuando llegue el que los invitó a los dos, tenga que decirte: “Déjale el sitio”, y así, lleno de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar. Al contrario, cuando te inviten, ve a colocarte en el último sitio, de manera que cuando llegue el que te invitó, te diga: “Amigo, acércate más”, y así quedarás bien delante de todos los invitados. Porque todo el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado”. Después dijo al que lo había invitado: “Cuando des un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu recompensa. Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos. ¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!”. Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: Con los dones del pan y del vino, ofrecemos lo mejor de la presente semana para que el Señor lo transforme en alimento de salvación.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: Al comulgar nos alimentamos de la humildad de Jesús, quien no vino para asegurarse el primer asiento, sino principalmente a servir a los más necesitados.
DESPEDIDA
Guía: Nos hemos alimentado de su Palabra y de la Eucaristía. Cada uno y como comunidad, somos desde ahora “otro Cristo” que parte por las calles y rutas, buscando servir a todos y llevando la sonrisa de Dios, su Palabra y el testimonio de nuestra vida.