San Alberto Hurtado, p. (MO). Blanco.
Día nacional de la solidaridad.
Reseña: Alberto nace en Viña del Mar (Chile), en el año 1901. A los cuatro años muere su padre, asumiendo la preocupación por su madre. Al salir de la escuela elemental estudia Leyes, en la Universidad Católica, trabajando entre tanto para solventar la precaria situación familiar. Superada la adversidad y recibido de abogado, en el año 1923 ingresa a la Compañía de Jesús, llegando a ser sacerdote y fundador del “Hogar de Cristo”. Fallece en el año 1952. En el año 2005, Benedicto XVI lo proclamó santo. Hoy se celebra el Día Nacional de la Solidaridad, en homenaje al contenido social de su ministerio.
LECTURA Sant 2, 14-16
Lectura de la carta de Santiago.
¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Acaso esa fe puede salvarlo? ¿De qué sirve si uno de ustedes, al ver a un hermano o una hermana desnudos o sin el alimento necesario, les dice: «Vayan en paz, caliéntense y coman», y no les da lo que necesitan para su cuerpo? Lo mismo pasa con la fe: si no va acompañada de las obras, está completamente muerta. Sin embargo, alguien puede objetar: «Uno tiene la fe y otro, las obras». A ese habría que responderle: «Muéstrame, si puedes, tu fe sin las obras. Yo, en cambio, por medio de las obras, te demostraré mi fe». Palabra de Dios.
Comentario: La fe, cuando es auténtica, se exterioriza necesariamente en obras. El mejor ejemplo está en Alberto Hurtado, quien la aterrizó en el amor a los abandonados y necesitados de compasión. Este santo chileno afirmaba que el cristianismo es “la religión de los hermanos que se sienten responsables de la salvación de sus hermanos”.
SALMO Sal 111, 1-6
R. Donde hay amor y caridad, allí está Dios.
Dichoso el hombre que teme al Señor y se complace en sus mandamientos. Su descendencia será fuerte en la tierra: La posteridad del justo será bendita. R.
En su casa habrá abundancia y riqueza, su generosidad permanecerá para siempre. Para los buenos brilla la luz en las tinieblas: Es el Bondadoso, el Compasivo y el Justo. R.
Dichoso el que se compadece y da y administra sus cosas con rectitud. El justo no vacilará jamás, su recuerdo permanecerá para siempre. R.
Él da abundantemente a los pobres: su generosidad permanecerá para siempre, y alzará su frente con dignidad. Feliz el hombre que teme al Señor. R.
Evangelio Mt 25, 31-40
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono como rey glorioso. Todas las naciones serán llevadas a su presencia, y como el pastor separa las ovejas de los machos cabríos, así también lo hará él. Separará unos de otros, poniendo las ovejas a su derecha y los machos cabríos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los que están a su derecha: ¡Venid, benditos de mi Padre! Tomad posesión del reino que ha sido preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber. Pasé como forastero y me recibisteis. Anduve sin ropas y me vestisteis. Estaba enfermo y me visitasteis. Estuve en la cárcel y me fuisteis a ver. Entonces los buenos preguntarán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber, o forastero y te recibimos, o sin ropa y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y te fuimos a ver? El rey responderá: “En verdad os digo que, cuando lo hicisteis con alguno de estos más pequeños, que son mis hermanos, conmigo lo hicisteis”. Palabra del Señor.
Comentario: El juicio final será sobre aquello que hicimos o dejamos de hacer a nuestros semejantes. En esta alabanza a todos los que hicieron el bien, Jesús despierta la conciencia de cuantos hacen el bien por la bondad de su corazón. Una persona transformada por el Señor lo hace con un amor superior a lo habitual.