Motivación de entrada
La eucaristía de hoy nos ofrece una buena oportunidad para reflexionar sobre el Reino de Dios; también para comprometernos en su realización y orar por la Iglesia, que no es el Reino, pero “en la tierra constituye el germen y el inicio de ese Reino” (LG 5).
Acto penitencial
Por haber repetido muchas veces: ¡Venga tu Reino a nosotros!, y no haber trabajado por hacer el mundo y nuestra realidad cotidiana algo más humano, acorde al Reino de Dios.
Colecta
Pedimos al Dios misericordioso utilizar de tal forma los bienes de la tierra que no olvidemos los del cielo.
LECTURAS CICLO C
Primera lectura: Génesis 18, 20-21.23-32.
En la actitud de Abraham ante el Señor, se ponen de manifiesto el gran respeto y la gran confianza que debe animar nuestra oración.
Segunda lectura: Colosenses 2, 12-14.
En el bautismo hemos muerto y resucitado con Cristo: muertos al pecado; resucitados a la vida de Dios.
Evangelio: Lucas 11, 1-13.
Jesús nos enseña a llamar Padre a Dios en la oración. La lectura de hoy nos inculca la confianza y la constancia en nuestra oración.
Oración de los fieles
Presentación de las ofrendas
Los dones que llevarnos hoy al altar quieren significar los bienes del Reino, por el cual estamos dispuestos a sacrificarlo todo.
Comunión
San Pablo nos acompaña en nuestra comunión con Cristo que nos amó y se entregó por nosotros (Gálatas 2, 20). Si amor con amor se paga, no nos queda otro camino que la entrega generosa y total.
Despedida
Anunciarnos a todos que el Reino es un don de Dios, pero también tarea nuestra, nunca acabada. El Reino es Jesús que viene a nuestra vida y a la del mundo. ¡Abrámosle las puertas!