Visitación de la Virgen María (F). Blanco.
Gloria. Prefacio de la Virgen María.Día de los Institutos seculares.
Reseña: Luego que María Santísima oyó del ángel Gabriel comprendió que debería ir a visitar a su prima Isabel, que también esperaba un hijo prometido por Dios. La Virgen María se hizo la sierva del Señor. La Escritura la muestra como la que, yendo a servir a Isabel en la circunstancia del parto, le hace el servicio mucho mayor de anunciarle el Evangelio con las palabras del Magnificat… Todo su servicio a los hombres es abrirlos al Evangelio e invitarlos a su obediencia: Hagan lo que él les diga (Jn 2, 5) (Doc. Puebla, 300).
1ª LECTURA Sof 3, 14-18
Lectura de la profecía de Sofonías.
¡Grita de alegría, hija de Sión! ¡Aclama, Israel! ¡Alégrate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén! El Señor ha retirado las sentencias que pesaban sobre ti y ha expulsado a tus enemigos. El Rey de Israel, el Señor, está en medio de ti: ya no temerás ningún mal. Aquel día, se dirá a Jerusalén: ¡No temas, Sión, que no desfallezcan tus manos! ¡El Señor, tu Dios, está en medio de ti, es un guerrero victorioso! Él exulta de alegría a causa de ti, te renueva con su amor y lanza por ti gritos de alegría, como en los días de fiesta. Yo aparté de ti la desgracia, para que no cargues más con el oprobio. Palabra de Dios.
Comentario: El profeta se llena de gozo porque Sión ha recibido el perdón de Dios y liberado de sus enemigos. En el anuncio del ángel a María, Lucas tomará parte de este texto para señalar que ella personifica al nuevo Israel: “llena de gracia, el Señor está contigo”. El Concilio Vaticano II (1962-65) propondrá a María como modelo de la Iglesia.
SALMO [Sal] Is 12, 2-3. 4-6
R. ¡Es grande en medio de ti el Santo de Israel!
Este es el Dios de mi salvación: yo tengo confianza y no temo, porque el Señor es mi fuerza y mi protección; Él fue mi salvación. Sacarán agua con alegría de las fuentes de la salvación. R.
Den gracias al Señor, invoquen su Nombre, anuncien entre los pueblos sus proezas, proclamen qué sublime es su Nombre. R.
Canten al Señor, porque ha hecho algo grandioso: ¡que sea, conocido en toda la tierra! ¡Aclama y grita de alegría, habitante de Sión, porque es grande en medio de ti el Santo de Israel! R.
ALELUIA Cfr. Lc 1, 45
Aleluia. Feliz de ti, Virgen María, por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor. Aleluia.
EVANGELIO Lc 1, 39-56
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: “¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”. María dijo entonces: “Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas. Su nombre es santo, y su misericordia se extiende de generación en generación sobre los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó del trono a los poderosos, y elevó a los humildes, colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia –como lo había prometido a nuestros padres– en favor de Abraham y de su descendencia para siempre”. María permaneció con Isabel unos tres meses, y luego regresó a su casa. Palabra del Señor.
Comentario: En este encuentro con su Prima, María recibe la reconfirmación de su maternidad divina. Isabel que también estaba embarazada, iluminada por el Espíritu, expresa: “Quien soy yo para que la madre de mi Señor venga a visitarme”. Toda visita, iluminada por la fe, porta gérmenes de vida a las partes.