Santa María, Madre de Dios (S).
Octava de Navidad. Blanco. Gloria. Credo. Prefacio de la Virgen María.
Año Nuevo. Jornada Mundial de la Paz. Feriado civil.
Feliz año nuevo y bendiciones
¡Que Dios nos bendiga con un Feliz Año Nuevo! Que el Señor llegue a todos los habitantes del planeta con una bendición de paz y serenidad… Solo nuestro Padre del Cielo sabe cuánto todavía nos regalará de vida sobre esta Tierra. Pero muchos o pocos años o días, los ponemos en sus manos.
Ha terminado un año que llenamos con nuestras obras, buenas, menos buenas y malas. Este es el momento de confiar todo a su misericordia y, con serenidad, dejar también en sus manos nuestro destino en el nuevo año que comienza.
Nos ayuda en este camino nuestra madre María. Todo depositaba en las manos de Dios, mientras las meditaba en su corazón, porque no lograba entender lo que sucedía.
Un sabio secreto nos da el evangelio de hoy para vivir serenamente: poner en las manos de Dios lo que ya no podemos borrar, es decir, nuestro pasado, en el bien y el mal, para ser capaces de vivir el presente como él nos instruye en nuestra conciencia y confiar en el futuro que nos prepara.
Vivimos los días de estas fiestas y vacaciones con bastante frenesí, encuentros, celebraciones, fiestas, regalos… Es complicado armonizar estos días con nuestra vida espiritual… Las cosas del espíritu corren peligro de pasar a segundo plano para tiempos más propicios, como la Cuaresma…
Podemos inspirarnos en la Virgen María. Vivió momentos de muchos cambios y acontecimientos como la anunciación, el casamiento con José, el embarazo, el censo, el viaje, el nacimiento de su Hijo en la precariedad, las manifestaciones de pastores y ángeles… Sin embargo, no perdió la serenidad para seguir meditando en su corazón, en presencia de Dios y leer lo sucedido según su voluntad.
Es voluntad de Dios que tengamos un año feliz si vivimos como él nos ilumina.
María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón (Lc 2, 19).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: En el clima del Nacimiento de Jesús, la Iglesia celebra hoy la maternidad de María. Dios eligió a una madre para hacerse hombre y compartir nuestra historia. Esta liturgia resalta la participación de la Virgen en la obra de la redención y reafirma la humanidad de Jesús.
1ª LECTURA Núm 6, 22-27
Guía: Dios siempre quiere bendecirnos. Pero para ello debemos invocar su nombre.
Lectura del libro de los Números.
El Señor dijo a Moisés: “Habla en estos términos a Aarón y a sus hijos: Así bendecirán a los israelitas. Ustedes les dirán: ‘Que el Señor te bendiga y te proteja. Que el Señor haga brillar su rostro sobre ti y te muestre su gracia. Que el Señor te descubra su rostro y te conceda la paz’. Que ellos invoquen mi Nombre sobre los israelitas, y Yo los bendeciré”. Palabra de Dios.
SALMO Sal 66, 2-3. 5-6. 8
R. ¡El Señor tenga piedad y nos bendiga!
El Señor tenga piedad y nos bendiga, haga brillar su rostro sobre nosotros, para que en la tierra se reconozca su dominio, y su victoria, entre las naciones. R.
Que canten de alegría las naciones, porque gobiernas a los pueblos con justicia y guías a las naciones de la tierra. El Señor tenga piedad y nos bendiga. R.
¡Que los pueblos te den gracias, Señor; que todos los pueblos te den gracias! Que Dios nos bendiga, y lo teman todos los confines de la tierra. R.
2ª LECTURA Gál 4, 4-7
Guía: San Pablo reafirma la humanidad de Jesús: nació de una mujer y se ajustó a la Ley.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Galacia.
Hermanos: Cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la Ley, para redimir a los que estaban sometidos a la Ley y hacernos hijos adoptivos. Y la prueba de que ustedes son hijos, es que Dios infundió en nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo: ¡Abbá!, es decir: ¡Padre! Así, ya no eres más esclavo, sino hijo, y por lo tanto, heredero por la gracia de Dios. Palabra de Dios.
ALELUIA Heb 1, 1-2
Aleluia. Después de haber hablado a nuestros padres por medio de los Profetas, en este tiempo final, Dios nos habló por medio de su Hijo. Aleluia.
EVANGELIO Lc 2, 16-21
Guía: El evangelio muestra a María y José cumpliendo las prescripciones legales de su pueblo.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Los pastores fueron rápidamente adonde les había dicho el Ángel del Señor, y encontraron a María, a José y al recién nacido acostado en un pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban, quedaron admirados de lo que decían los pastores. Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón. Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido. Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Ángel antes de su concepción. Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: Cristo, muerto y resucitado para nuestra salvación, es nuestra gran ofrenda al Padre. Unidos a él presentemos al Señor los gozos y las fatigas de todo este año que se inicia.
PREPARACIÓN PARA LA COMUNIÓN
Guía: Jesús, el Hijo de María, viene a nosotros en la eucaristía a darnos fuerza para recorrer el camino de este año que se inicia. Con alegría, vayamos a recibir el Pan de Vida.
DESPEDIDA
Guía: Con el gozo de iniciar un nuevo año junto a María, la Madre de Jesús y Madre nuestra, nos retiramos cantando.