Motivación de entrada
En la liturgia de hoy nos encontramos con la Virgen María y san José, el hombre “justo”, que juegan un rol decisivo en el plan de la salvación. Dios se revela en la historia como “el Emanuel” –Dios con nosotros–; esto, a su vez, encuentra en Jesús su plena realización.
Acto penitencial
En la cercanía de la Navidad, nos preguntamos cómo hemos vivido el “adviento”; si hemos avanzado en la conversión; si realmente la palabra de Dios nos ha ayudado a un cambio de vida; si, de alguna manera, hemos sido “precursores” de Cristo, abriéndole camino en las personas con las cuales vivimos o trabajamos…
Lecturas bíblicas
Primera lectura: Miqueas 5, 1-4.
El profeta señala la pequeña aldea de Belén como el lugar privilegiado donde nacerá el Mesías, el cual asegurará una era de paz universal.
Segunda lectura: Hebreos 10, 5-10.
El Mesías nos revela cuál es el verdadero sacrificio agradable a Dios: cumplir su voluntad. En esa forma Jesús se nos da como “camino nuevo y viviente” al Padre.
Evangelio: Lucas 1, 39-45.
La visita de María a su prima evidencia la fe, la caridad y, sobre todo, la humildad de la santísima Virgen que refiere a Dios todas las maravillas que se han manifestado en ella.
Oración de los fieles
Presentación de las ofrendas
En la cercanía de la Navidad, con los dones del pan y del vino, ofrecemos sobre el altar los sufrimientos de la gente, sus angustias, sus aspiraciones de paz y de solidaridad: de un mundo mejor.
Comunión
La comunión con el cuerpo de Cristo debe comprometernos a colaborar en el plan de Dios que se revela y realiza en la historia cotidiana del mundo.
Despedida
Termina el tiempo litúrgico de Adviento, pero la vida del cristiano es toda un “adviento”: espera y revelación de ese Jesús que ha venido a salvar; que pide nuestra cooperación para seguir salvando a los hombres.