NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO (S). Blanco.
Gloria. Credo. Prefacio propio.
¿Entonces tú eres rey?
Dos hombres, Pilato y Jesús, frente a frente. Dos poderes que se confrontan. El Prefecto romano que gobierna Judea, en su palacio y rodeado por sus legionarios armados y preso de sus miedos; Jesús, desarmado, solo y abandonado, que obedece solo a lo que cree. Un poder se basa en la fuerza de las armas, el otro, en la fuerza de la verdad. Dos hombres: ¿Quién es más libre? ¿Quién es más hombre? ¿Quién es más soberano? Seguramente, el más libre frente a la verdad y el que tiene menos miedos.
“¿Entonces tú eres rey?”, pregunta Pilato. “Mi realeza no es de este mundo”, responde Jesús.
Jesús continuamente relanza la realeza cristiana entregada a sus discípulos y que se nos trasmite por el bautismo y la confirmación: “Ustedes están en el mundo, pero no son de este mundo”. Como Jesús: estaba en el mundo, pero no dependía de los poderosos ni de los criterios de este mundo.
Los grandes de este mundo se imponen, tienen personas a su servicio que por ellos combaten con todos los medios a disposición para que sus mandantes aumenten siempre más su poder. Los que los circundan y los sirven son cada día más esclavos.
Entre los cristianos, el que quiere ser grande o el primero, debe estar al servicio de los demás. Por el amor y la verdad, gobierna quien más sirve y mejor ama.
Jesús es un rey que no sacrifica a nadie, se sacrifica a sí mismo, no derrama sangre ajena, sino la suya, no es servido por nadie y es siervo de todos. Pilato no puede entender, ni siquiera quiso esperar la respuesta… Simplemente, tomó la declaración de realeza de Jesús y la utilizó como título de la condena a muerte en cruz: “Jesús Nazareno Rey de los Judíos”. Él, siendo romano, se excluyó…
Hoy, Cristo rey, viene a sacrificarse en nuestro altar y habla a nuestro corazón: nos invita a ser reyes como él.
Mi realeza no es de este mundo (Jn 18, 36).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: La celebración de hoy es una alabanza a Cristo, rey del universo, rey de los corazones: un rey que no excluye a nadie y quiere salvar a todos con la fuerza de su amor misericordioso.
1ª LECTURA Dn 7, 13-14
Guía: En la visión que tiene el profeta se ensalza el poder, la gloria y el reino del Hijo del hombre, figura de Cristo y de su reino.
Lectura de la profecía de Daniel.
Yo estaba mirando, en las visiones nocturnas, y vi que venía sobre las nubes del cielo como un Hijo de hombre; Él avanzó hacia el Anciano y lo hicieron acercar hasta Él. Y le fue dado el dominio, la gloria y el reino, y lo sirvieron todos los pueblos, naciones y lenguas. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino no será destruido. Palabra de Dios.
SALMO Sal 92, 1-2. 5
R. ¡Reina el Señor, revestido de majestad!
¡Reina el Señor, revestido de majestad! El Señor se ha revestido de majestad, se ha ceñido de poder. R.
El mundo está firmemente establecido: ¡no se moverá jamás! Tu trono está firme desde siempre, Tú existes desde la eternidad. R.
Tus testimonios, Señor, son dignos de fe, la santidad embellece tu Casa a lo largo de los tiempos. R.
2ª LECTURA Apoc 1, 5-8
Guía: Encontramos una serie de títulos para engrandecer a Cristo en su reinado: ¡Testigo fiel, príncipe de los reyes de la tierra, principio y fin, el omnipotente!
Lectura del libro del Apocalipsis.
Jesucristo es el «Testigo fiel, el Primero que resucitó de entre los muertos, el Rey de los reyes de la tierra». Él nos ama y nos liberó de nuestros pecados, por medio de su sangre, e hizo de nosotros un Reino sacerdotal para Dios, su Padre. ¡A Él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos! Amén. Él viene sobre las nubes y todos lo verán, aun aquéllos que lo habían traspasado. Por Él se golpearán el pecho todas las razas de la tierra. Sí, así será. Amén. Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, el que es, el que era y el que viene, el Todopoderoso. Palabra de Dios.
ALELUIA Mc 11, 9. 10
Aleluia. ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito sea el Reino que ya viene, el Reino de nuestro padre David! Aleluia.
EVANGELIO Jn 18, 33-37
Guía: Delante de Pilato, representante del imperio reinante, Jesús proclama su realeza. Él es rey, pero su reino no es de este mundo. El suyo es un reinado de verdad, de justicia, de amor y de paz.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Pilato llamó a Jesús y le preguntó: «¿Eres Tú el rey de los judíos?» Jesús le respondió: «¿Dices esto por ti mismo u otros te lo han dicho de mí?» Pilato replicó: «¿Acaso yo soy judío? Tus compatriotas y los sumos sacerdotes te han puesto en mis manos. ¿Qué es lo que has hecho?» Jesús respondió: «Mi realeza no es de este mundo. Si mi realeza fuera de este mundo, los que están a mi servicio habrían combatido para que Yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi realeza no es de aquí». Pilato le dijo: «¿Entonces Tú eres rey?» Jesús respondió: «Tú lo dices: Yo soy rey. Para esto he nacido y he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. El que es de la verdad, escucha mi voz». Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: El ofrecimiento del pan y del vino simbolizan nuestra generosa e incondicional entrega por colaborar con el adviento del Reino de Dios: ¡Venga tu Reino, Señor!
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: Al acercarnos para recibir la Eucaristía, le pedimos a Cristo Rey que sea él quien gobierne nuestra vida siguiéndolo a todos lados, en esta vida, y podamos luego gozarlo en su Reino glorioso.
DESPEDIDA
Guía: Vayamos con espíritu alegre de Cristo Rey a anunciar que habrá un día mejor y que, para ello, estamos colaborando para que se haga realidad el Reino de Cristo entre nosotros: reino de verdad, vida, santidad y gracia, reino de justicia, amor y paz.