33° Durante el año. Verde.
Gloria. Credo. Prefacio dominical durante el año.
Todo pasará, menos mis palabras
Este texto fue usado para explicar cómo sucederá el fin del mundo. Pero Jesús no hablaba del fin del mundo material, sino de lo perenne que son sus palabras frente a lo caduco que es el escenario de este mundo y todos los artistas que se mueven en él: todo pasa menos lo que Jesús nos enseñó.
La mejor manera es ver este pasaje del evangelio como una imagen de la esperanza en medio de las crisis que nos acompañan en la vida.
La primera verdad es que todo es frágil: “En esos días el sol se oscurecerá, la luna no dará luz, las estrellas caerán del cielo…” . Pero también las instituciones, la sociedad, la economía, las ideologías y sus partidos políticos, nosotros mismos, nuestra familia. Es nuestra fragilidad.
La segunda verdad es que todos los días algo muere y algo nace o renace. Caen esquemas y verdades que nos presentaban como eternas, costumbres y lenguajes, ni digamos de las modas y los comportamientos… Como las estaciones, a cada invierno le sucede una hermosa primavera.
Cuando ocurran estas cosas, cuando navegues en las crisis y en los problemas, cuando el sol de tu futuro se oscurezca, levanta los ojos que Dios está cerca. Pero su cercanía no se mide en metros ni en tiempo: está tan cerca cuanto sus palabras aniden en nuestro corazón, para que nuestras obras demuestren y testimonien la eternidad de su enseñanza.
Soy tan frágil, más que una hoja o una flor… y puedo ser más duro que un diamante y más luminoso que el sol cuando Dios está conmigo. Es la experiencia de los mártires que superaron los límites humanos poniéndose en las manos de Dios.
Hoy, Dios llega a tu vida con su palabra de eternidad que no pasa, es más, te lleva a la eternidad feliz.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (Mt 13, 31).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: La palabra de Dios de este domingo nos cuestiona sobre lo que será el final del mundo. En vez de abandonarnos a la tristeza, invita a ser confiados en las manos del Señor. Queremos esperar ese día con fe, confianza y con amor.
1ª LECTURA Dn 12, 1-3
Guía: El profeta nos recuerda las últimas realidades del hombre, cuando todos resurgirán y Dios juzgará con verdad y justicia.
Lectura de la profecía de Daniel.
En aquel tiempo, se alzará Miguel, el gran Príncipe, que está de pie junto a los hijos de tu pueblo. Será un tiempo de tribulación, como no lo hubo jamás, desde que existe una nación hasta el tiempo presente. En aquel tiempo, será liberado tu pueblo: todo el que se encuentre inscrito en el Libro. Y muchos de los que duermen en el suelo polvoriento se despertarán, unos para la vida eterna, y otros para la ignominia, para el horror eterno. Los hombres prudentes resplandecerán como el resplandor del firmamento, y los que hayan enseñado a muchos la justicia brillarán como las estrellas, por los siglos de los siglos. Palabra de Dios.
SALMO Sal 15, 5. 8-11
R. Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.
El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz, ¡Tú decides mi suerte! Tengo siempre presente al Señor: Él está a mi lado, nunca vacilaré. R.
Por eso mi corazón se alegra, se regocijan mis entrañas y todo mi ser descansa seguro: porque no me entregarás a la muerte ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro. R.
Me harás conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha. R.
2ª LECTURA Heb 10, 11-14. 18
Guía: Jesucristo se ofreció a sí mismo por nuestros pecados, en un solo sacrificio, y luego se sentó a la derecha de Dios para siempre.
Lectura de la carta a los Hebreos.
Hermanos: Los sacerdotes del culto antiguo se presentan diariamente para cumplir su ministerio y ofrecer muchas veces los mismos sacrificios, que son totalmente ineficaces para quitar el pecado. Cristo, en cambio, después de haber ofrecido por los pecados un único Sacrificio, se sentó para siempre a la derecha de Dios, donde espera que sus enemigos sean puestos debajo de sus pies. Y así, mediante una sola oblación, Él ha perfeccionado para siempre a los que santifica. Y si los pecados están perdonados, ya no hay necesidad de ofrecer por ellos ninguna otra oblación. Palabra de Dios.
ALELUIA Lc 21, 36
Aleluia. Estén prevenidos y oren ince-santemente: así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre. Aleluia.
EVANGELIO Mc 13, 24-32
Guía: San Marcos nos relata el final de este mundo, que solo el Padre conoce cómo será. Lo único que sabemos, por ahora, es que todo pasará excepto la Palabra de Dios.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Jesús dijo a sus discípulos: En aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna dejará de brillar, las estrellas caerán del cielo y los astros se conmoverán. Y se verá al Hijo del hombre venir sobre las nubes, lleno de poder y de gloria. Y Él enviará a los ángeles para que congreguen a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte. Aprendan esta comparación, tomada de la higuera: cuando sus ramas se hacen flexibles y brotan las hojas, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano. Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el fin está cerca, a la puerta. Les aseguro que no pasará esta generación, sin que suceda todo esto. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. En cuanto a ese día y a la hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, nadie sino el Padre. Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: Con los dones del pan y del vino renovamos hoy nuestro compromiso de trabajar, con entrega total, por la construcción del Reino que iniciara Jesucristo.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: Con alegría nos acercamos a recibir la Eucaristía, que anticipa nuestro encuentro final con Dios. Y lo hacemos reflexionado el contenido del salmo 72: “Para mí lo bueno es estar junto a Dios, hacer del Señor mi refugio”.
DESPEDIDA
Guía: Salgamos de esta celebración, renovados en la fe y esperando la segunda venida del Señor. Comprometámonos a ser más acogedores con los demás, portadores de paz y más solidarios con nuestro prójimo, especialmente con los más pobres y necesitados.