28° domingo durante el año. Verde.
Gloria. Credo. Prefacio dominical durante el año.
Venga a nosotros tu Reino
El evangelio comienza diciendo que un hombre corrió y se postró delante de Jesús. En Oriente los ritmos son lentos y correr manifiesta ansiedad. Los evangelios muestran cómo correr es signo de gran ansiedad: las mujeres corren para ver la tumba del Señor, el padre del hijo pródigo corre para abrazarlo, el endemoniado de Gerasa corre en su angustia.
Este joven se arrodilla delante del Señor, no para pedir la salud como tantos otros ni para profesar su fe. Quiere decirle con un gesto que es un maestro excelente y que quiere aprender de él cómo alcanzar la Vida eterna.
Está angustiado religiosamente y, a pesar de cumplir todos los mandamientos, se siente inseguro. Tiene miedo. Está convencido de que una mínima falta lo puede condenar. No confía en el amor de Dios, sino en su propia perfección.
El Señor aprueba su perfección de vida, no obstante le hace ver que todavía no hizo lo más importante: confiar en Dios y no en sus riquezas ni en sí mismo.
Jesús sabe de lo que habla: entre sus Apóstoles, hay quien lo sigue y vive apegado al dinero y es ladrón. Así Judas pierde su vida. Otros de los suyos están en carrera por los puestos…
En los evangelios, el Señor predica el Reino y poco la Vida eterna: “el Reino está aquí y ahora”. Hay que comenzar a vivir en el amor, en la misericordia, en la ternura, sin violencias, sin egoísmos, y así también viviremos en el más allá. No nos ganamos el cielo para comenzar a vivirlo en la eternidad, sino que Jesús nos enseña que tenemos que comenzar a vivirlo ya.
Pensar de esta manera y vivir así no es posible para los hombres, es decir, según nuestras capacidades y límites. Pero sí es posible para Dios, que con su gracia nos habilita para comenzar a vivir en su reino “aquí y ahora”. Es más, todos los días lo pedimos cuando rezamos el “Padre nuestro”.
“Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?” (Mc 10, 17).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: Todos los días Jesús nos llama para que lo sigamos. En cada eucaristía tenemos la oportunidad de verificar si estamos o no en camino y, enmendar el rumbo fundamental, a la luz de la Palabra de Dios y del Cuerpo y la Sangre del Señor.
1ª LECTURA Sab 7, 7-11
Guía: El libro de la Sabiduría nos invita a orar y disponernos a recibir los verdaderos dones que Dios nos quiere dar, de mucho mayor valor que todas las riquezas que podemos poseer en este mundo.
Lectura del libro de la Sabiduría.
Oré, y me fue dada la prudencia, supliqué, y descendió sobre mí el espíritu de la Sabiduría. La preferí a los cetros y a los tronos, y tuve por nada las riquezas en comparación con ella. No la igualé a la piedra más preciosa, porque todo el oro, comparado con ella, es un poco de arena; y la plata, a su lado, será considerada como barro. La amé más que a la salud y a la hermosura, y la quise más que a la luz del día, porque su resplandor no tiene ocaso. Junto con ella me vinieron todos los bienes, y ella tenía en sus manos una riqueza incalculable. Palabra de Dios.
SALMO Sal 89, 12-17
R. Señor, sácianos con tu amor.
Enséñanos a calcular nuestros años, para que nuestro corazón alcance la sabiduría. ¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo…? Ten compasión de tus servidores. R.
Sácianos en seguida con tu amor, y cantaremos felices toda nuestra vida. Alégranos por los días en que nos afligiste, por los años en que soportamos la desgracia. R.
Que tu obra se manifieste a tus servidores, y que tu esplendor esté sobre tus hijos. Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor; que el Señor, nuestro Dios, haga prosperar la obra de nuestras manos. R.
2ª LECTURA Heb 4, 12-13
Guía: Cuando escuchamos e interpretamos la Palabra de Dios, con fe, podemos discernir mejor la Voluntad de Dios sobre nosotros.
Lectura de la carta a los Hebreos.
Hermanos: La Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de doble filo: ella penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Ninguna cosa creada escapa a su vista, sino que todo está desnudo y descubierto a los ojos de Aquél a quien debemos rendir cuentas. Palabra de Dios.
ALELUIA Mt 5, 3
Aleluia. Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Aleluia.
EVANGELIO Mc 10, 17-30
Guía: Una cosa es estar angustiado por conocer a Jesús y, otra, por seguirlo con radicalidad. Escuchamos a san Marcos que nos da pautas para saber por qué venimos a la Iglesia y si estamos dispuestos a cuánto Dios nos pida.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Jesús se puso en camino. Un hombre corrió hacia Él y, arrodillándose, le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?» Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Solo Dios es bueno. Tú conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre». El hombre le respondió: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud». Jesús lo miró con amor y le dijo: «Solo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme». Él, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes. Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!» Los discípulos se sorprendieron por estas palabras, pero Jesús continuó diciendo: «Hijos míos, ¡qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios». Los discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros: «Entonces, ¿quién podrá salvarse?» Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: «Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para Él todo es posible». Pedro le dijo: «Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Jesús respondió: «Les aseguro que el que haya dejado casa, hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí y por la Buena Noticia, desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna». Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: El Señor nos invita a participar del Banquete de su vida y, para ello, estamos invitados a aportar, junto al pan y el vino, nuestros trabajos, sufrimientos y alegrías.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: El Señor nos convida con el Cuerpo y la Sangre de su Hijo, y al aceptar su invitación, le pedimos la gracia de poder comunicar su vida divina.
DESPEDIDA
Guía: El cristiano que acepta seguir a Jesús, luego de alimentarse con el mismo Cristo, se compromete a testimoniarlo en las pequeñas cosas de la vida diaria. Les deseamos a todos una buena semana, con los suyos y en sus pegas cotidianas.