Motivación de entrada
El cristiano está llamado a ser levadura en medio del mundo: su inserción en las actividades humanas debe ser plena, pero sin olvidar nunca que la meta final de la vida es Dios.
Acto penitencial
Pedimos perdón: Por no habernos empeñado a fondo en nuestros deberes laborales. Por la negligencia en el cumplimiento de las pequeñas cosas diarias. Por cultivar una práctica religiosa alienante.
Lecturas bíblicas
Primera lectura: Isaías 53, 10-11.
El “siervo del Señor” carga con los crímenes de su pueblo y así Dios lo hace jefe de una gran descendencia.
Segunda lectura: Hebreos 4, 14-16.
Jesús, Hijo de Dios, es el sumo sacerdote, cercano a nosotros, probado como nosotros, capaz de compadecer nuestras enfermedades. Acerquémonos a él con fe.
Evangelio: Marcos 10, 35-45 (o bien: 10, 42-45).
La gran lección de hoy: el verdadero discípulo es el que se hace servidor de todos, a ejemplo de Jesús que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida para salvación de la gente.
Oración de los fieles
Presentación de las ofrendas
El pan y el vino que presentamos ante altar son símbolo de unidad y de fraternidad. Con ese espíritu, ofrecemos nuestro empeño en trabajar para construir un mundo de hermanos.
Comunión
La íntima unión con Cristo nos ayude a vivir con plenitud la vida cotidiana y a crecer en el conocimiento de los bienes definitivos.
Despedida
En la vuelta a nuestras ocupaciones cotidianas, tratemos de hacer realidad el mensaje de Cristo. Que no sea algo ocasional del momento del culto, sino que anime toda nuestra existencia.