22º durante el año. Verde.
Gloria. Credo. Prefacio dominical durante el año.
Todo es puro para el corazón puro
Jesús responde a la crítica de los fariseos sobre sus discípulos, que no se lavan las manos antes de comer, y aprovecha para dar a todos una enseñanza. Si leemos con atención el texto, podemos notar que el evangelista no propone simplemente una instrucción, sino que también hace notar con fuerza la ceguera y la falta de inteligencia de los discípulos: “¿Ni siquiera ustedes son capaces de comprender?”. No se trata solamente de un problema de escribas y fariseos, es una advertencia para todos los cristianos.
Jesús afirma tres veces que despreciamos los mandamientos de Dios para observar las costumbres de los hombres, nuestras tradiciones valen más que la palabra de Dios. Todos debemos hacer un esfuerzo y examinar si observamos lo que Dios nos manda antes que los preceptos de nuestros antepasados.
Hay otra afirmación importante: “Declaraba puros todos los alimentos”. Los fariseos se purificaban y se lavaban antes de la oración, antes de comer, y, al volver del mercado, evitaban tocar a paganos y pecadores, distinguían entre alimentos puros e impuros. Jesús con una palabra declara nulos todos estos preceptos. Pero, además, habla de una purificación interior. Demasiadas reglas exteriores pueden hacer olvidar lo esencial: la honestidad, la justicia y el amor. Hay una evidente hipocresía: cuidar lo exterior y olvidar el interior del hombre. Así se combate el mal donde no existe y no se lo busca donde verdaderamente anida: dentro de nosotros.
Finalmente, una tercera afirmación: no es lo que entra en el hombre, sino lo que sale lo que contamina, porque sale del corazón. En el lenguaje bíblico, ese es el lugar de las decisiones, donde se realiza la opción entre el bien y el mal, entre Dios y el egoísmo.
El primer deber del hombre es tener un corazón limpio y recto.
Todas las cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre (Mc 7, 23).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: La liturgia eucarística de cada domingo es una invitación a confrontarnos con la Palabra de Dios y a tratar, semana tras semana, de modelar nuestra vida a sus valores y enseñanzas. En este domingo la Palabra nos cuestionará sobre aquello que mueve o detiene nuestra vida.
1ª LECTURA Deut 4, 1-2. 6-8
Guía: Moisés invita al pueblo a escuchar y practicar lo que Dios les pide. A semejanza de los israelitas estamos hoy llamados a ser fieles a sus mandatos.
Lectura del libro del Deuteronomio.
Moisés habló al pueblo, diciendo: Y ahora, Israel, escucha los preceptos y las leyes que yo les enseño para que las pongan en práctica. Así ustedes vivirán y entrarán a tomar posesión de la tierra que les da el Señor, el Dios de sus padres. No añadan ni quiten nada de lo que yo les ordeno. Observen los mandamientos del Señor, su Dios, tal como yo se los prescribo. Obsérvenlos y pónganlos en práctica, porque así serán sabios y prudentes a los ojos de los pueblos, que al oír todas estas leyes, dirán: «iRealmente es un pueblo sabio y prudente esta gran nación!» ¿Existe acaso una nación tan grande que tenga sus dioses cerca de ella, como el Señor, nuestro Dios, está cerca de nosotros siempre que lo invocamos? ¿Y qué gran nación tiene preceptos y costumbres tan justas como esta Ley que hoy promulgo en presencia de ustedes? Palabra de Dios.
SALMO Sal 14, 2-5
R. Señor, ¿quién habitará en tu Casa?
El que procede rectamente y practica la justicia; el que dice la verdad de corazón y no calumnia con su lengua. R.
El que no hace mal a su prójimo ni agravia a su vecino, el que no estima a quien Dios reprueba y honra a los que temen al Señor. R.
El que no se retracta de lo que juró, aunque salga perjudicado. El que no presta su dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente. El que procede así, nunca vacilará. R.
2ª LECTURA Sant 1, 17-18. 21-22. 27
Guía: No basta con oír la Palabra de Dios. El apóstol Santiago nos invita a llevarla a la vida concreta, como fuente de inspiración de nuestra vida.
Lectura de la carta de Santiago.
Queridos hermanos: Todo lo que es bueno y perfecto es un don de lo alto y desciende del Padre de los astros luminosos, en quien no hay cambio ni sombra de declinación. Él ha querido engendrarnos por su Palabra de verdad, para que seamos como las primicias de su creación. Reciban con docilidad la Palabra sembrada en ustedes, que es capaz de salvarlos. Pongan en práctica la Palabra y no se contenten solo con oírla, de manera que se engañen a ustedes mismos. La religiosidad pura y sin mancha delante de Dios, nuestro Padre, consiste en ocuparse de los huérfanos y de las viudas cuando están necesitados, y en no contaminarse con el mundo. Palabra de Dios.
ALELUIA Sant 1, 18
Aleluia. El Padre ha querido engendrarnos por su Palabra de verdad, para que seamos como las primicias de su creación. Aleluia.
EVANGELIO Mc 7, 1-8. 14-15. 21-23
Guía: El evangelio nos cuestiona para que no justifiquemos que el mal está asechándonos desde fuera, sino que lo busquemos en nuestro interior.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Los fariseos con algunos escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús, y vieron que algunos de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar. Los fariseos, en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados; y al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras, de la vajilla de bronce y de las camas. Entonces los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: «¿Por qué tus discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras?». Él les respondió: «¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinde culto: las doctrinas que enseñan no son sino preceptos humanos”. Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres». Y Jesús, llamando otra vez a la gente, les dijo: «Escúchenme todos y entiéndanlo bien. Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre. Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino. Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre». Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: Los dones del pan y del vino se harán eucaristía, por la fuerza del Espíritu Santo. Es este el principal motivo para dejarnos transformar por el Señor para que seamos eucaristía para nuestros semejantes.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: La comunión con Cristo nos alimenta para que en nuestra vida se refleje siempre más el servicio a los hermanos, con amor.
DESPEDIDA
Guía: La Misa de hoy ha terminado… ¡Vayamos a vivirla! Y de un modo diverso a lo que lo hacíamos ayer. Vivamos desde ahora con más esperanza en el futuro, con pasión el presente, llevando el amor de Dios.