Motivación de entrada
La misa dominical es un alto en nuestra actividad diaria para reunirnos en asamblea con los hermanos de nuestra comunidad. Oremos juntos, cantemos juntos, y juntos alimentémonos de la palabra que da la vida.
Acto penitencial
Pedimos perdón por no haber vivido bien nuestras relaciones con Dios y con nuestros hermanos: casa, trabajo, colegio, diversiones, parroquia.
Lecturas bíblicas
Primera lectura: 1Reyes 19, 1-8.
Dios alimenta al profeta Elías con un pan y una agua misteriosos en el desierto y le da la fuerza para seguir su peregrinación, hasta encontrarse con él en el Horeb.
Segunda lectura: Éfesios 4, 30-5, 2.
Fuerte amonestación de Pablo a no entristecer al Espíritu Santo, a la vez que propone una adecuada ecología (= limpieza) espiritual.
Evangelio: Juan 6, 41-51.
Contra las murmuraciones de los judíos por sus palabras sobre el pan bajado del cielo, Jesús reafirma con fuerza: “Yo soy el pan de vida, quien come de este pan vivirá para siempre”.
Oración de los fieles
Presentación de las ofrendas
Los dones que presentamos –el pan y el vino– frutos de nuestro trabajo, el Señor los transformará en sacramento de salvación.
Comunión
Cristo es luz y verdad: unidos a él podemos superar las tinieblas y los errores que obstaculizan nuestro camino hacia Dios.
Despedida
La luz recibida de la palabra de Dios y la fuerza que se nos ha dado en el sacramento, son un buen viático para vivir cristianamente la semana que comienza.