12º durante el año. Verde.
Gloria. Credo. Prefacio dominical durante el año.
Hay muchas maneras de rezar
El evangelio de hoy narra que Jesús invitó a los discípulos a pasar a la otra orilla del lago. Algo muy fácil para un grupo de pescadores, que lo embarcaron así como estaba. Una manera de aludir al cansancio de su ministerio en ese día.
Sin embargo, lo que parecía fácil, en poco tiempo, se transformó en un gran problema. La tormenta los sorprendió en medio del lago, y, marineros como eran, se dieron cuenta de que el riesgo los superaba. Mientras tanto, Jesús dormía, aunque el lugar no era cómodo y el ruido fuerte. Lo despertaron gritándole un reproche: “Maestro, ¿no te importa que nos ahoguemos?” .
Jesús respondió a los gritos desesperados aplacando de inmediato la tormenta y haciéndoles una pregunta tan directa como incómoda: “¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?”. Los discípulos quedaron atemorizados, pero no con el miedo frente a lo desconocido, sino con el temor que nace de ver cosas maravillosas, que no se pueden comprender.
En el evangelio de hoy, podemos observar la imagen de la vida, que puede contemplarse como una travesía del nacimiento a la muerte. Cuando somos niños y jóvenes, imaginamos un lindo viaje. De hecho lo es, aunque no falten los problemas y las tormentas. En esos momentos, también nosotros podemos hacerle algún reproche insolente a Jesús: “No sé por qué Dios me trata así” o “¿Por qué me sucede esto si yo no hago mal a nadie, mientras que a otros les va bien en todo?” .
Nos parecemos a los discípulos, con el agravante de no advertir que Jesús está en nuestro mismo barco. El miedo es enemigo de la fe, nos quita la confianza en Jesucristo y nos lleva buscar otras seguridades lejos de él y a actuar en forma insensata y egoísta. En el Reino de Dios, lo contrario del miedo no son el coraje y el entusiasmo, sino la fe y la esperanza que brotan de quien se fía solo de Dios. Por eso, solo lo invoca a él.
“¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?” (Mc 4, 40).
P. Aderico Dolzani, ssp.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 27, 8-9
El Señor es la fuerza de su pueblo, el baluarte de salvación para su Ungido. Señor, salva a tu pueblo y bendice a tu heredad; apaciéntalo, y sé su guía para siempre.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: Bienvenidos a la Mesa del altar. En este domingo Jesús nos invita a “cruzar a la otra orilla” sin paralizarnos por el miedo a cuanto puede suceder. Jesús viene a calmar las tempestades que pueden desatarse en el trayecto de nuestra vida.
1ª LECTURA Jb 38, 1. 8 -11
Guía: Luego de los cuestionamientos de Job, el Señor le muestra las maravillas de su creación, invitándolo a descubrir su lugar y responsabilidad como criatura suya.
Lectura del libro de Job.
El Señor habló a Job desde la tempestad, diciendo: Quién encerró con dos puertas al mar, cuando él salía a borbotones del vientre materno, cuando le puse una nube por vestido y por pañales, densos nubarrones? Yo tracé un límite alrededor de él, le puse cerrojos y puertas, y le dije: «Llegarás hasta aquí y no pasarás; aquí se quebrará la soberbia de tus olas». Palabra de Dios.
SALMO Sal 106, 23-26. 28-31
R. ¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor!
Los que viajaron en barco por el mar, para traficar por las aguas inmensas, contemplaron las obras del Señor, sus maravillas en el océano profundo. R.
Con su palabra desató un vendaval, que encrespaba las olas del océano: ellos subían hasta el cielo, bajaban al abismo, se sentían desfallecer por el mareo. R.
Pero en la angustia invocaron al Señor, y Él los libró de sus tribulaciones: cambió el huracán en una brisa suave y se aplacaron las olas del mar. R.
Entonces se alegraron de aquella calma, y el Señor los condujo al puerto deseado. Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas en favor de los hombres. R.
2ªLECTURA 2Cor 5, 14-17
Guía: Habiendo experimentado un radical cambio de su vida, san Pablo nos advierte que quien vive en Cristo experimenta que es una nueva criatura.
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: El amor de Cristo nos apremia, al considerar que si uno solo murió por todos, entonces todos han muerto. Y El murió por todos, a fin de que los que viven no vivan más para sí mismos, sino para Aquél que murió y resucitó por ellos. Por eso nosotros, de ahora en adelante, ya no conocemos a nadie con criterios puramente humanos; y si conocimos a Cristo de esa manera, ya no lo conocemos más así. El que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho presente. Palabra de Dios.
ALELUIA
Aleluia. Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su pueblo. Aleluia.
EVANGELIO Mc 4, 35-41
Guía: La invitación de Jesús a pasar a la otra orilla, y todo lo que la travesía genera, son un llamado a vivir la fe y a tener la confianza puesta en Dios quien nos indica el camino a seguir.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Un día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: «Crucemos a la otra orilla». Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron en la barca, así como estaba. Había otras barcas junto a la suya. Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua. Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal. Lo despertaron y le dijeron: «¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?» Despertándose, Él increpó al viento y dijo al mar: «¡Silencio! ¡Cállate!» El viento se aplacó y sobrevino una gran calma. Después les dijo: «¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?» Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: «¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?». Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: El pan y vino que ofrecemos en esta eucaristía se convertirán, en fortaleza que nos ayuda a superar todos los miedos de la vida y contagiar a nuestros hermanos con la alegría que solo viene del Señor.
PREPARACIÓN PARA LA COMUNIÓN
Guía: Si recibimos ahora la sagrada eucaristía, recibimos a Cristo, y permanecemos en él, llevándolo en nuestra vida diaria ya nada podremos temer.
DESPEDIDA
Guía: ¡No tengan miedo! Esta es la frase que Dios asegura a todos sus llamados. Durante esta semana digamos, a familiares y vecinos, que Jesús es el que calma nuestras tempestades y que él es la causa de nuestra alegría.