En la antigüedad, y aún hoy en medios menos ilustrados o más propios de los pueblos originarios, los sueños son considerados un medio para entrar en comunicación con el mundo sobrenatural. Por su parte, la ciencia moderna ha descubierto en ellos una manifestación de la personalidad más profunda de un ser humano. “Estas dos perspectivas no son incompatibles: Si Dios actúa sobre el hombre, lo hace en lo más profundo de su ser” (Cfr. A. George, “Sueños”, en X. Léon-Dufour (dir.), Vocabulario de Teología Bíblica, Barcelona, 1996).
En uno de los episodios de Las Crónicas de Narnia, C.S. Lewis lleva a algunos de sus personajes al encuentro con un viajero que ha vivido en una siniestra isla donde los sueños se hacen realidad. En la escena aparece la ambivalencia del soñar:
“Saldrán huyendo de aquí —dijo jadeante (el recién rescatado)—. Esta es la isla donde los sueños se hacen realidad.
—Es la isla que he buscado todo este tiempo —dijo uno de los marineros—. Imaginé que me casaría con Nancy si desembarcábamos aquí.
—Y que yo encontraría a Tomás nuevamente con vida —dijo otro.
— ¡Tontos! —dijo el hombre pateando el suelo con rabia—. Este es el tipo de habladurías que me trajo hasta aquí, y la verdad es que preferiría haberme ahogado, o no haber nacido siquiera. ¿Oyeron lo que les dije? Aquí es donde los sueños, los sueños, ¿entienden?, cobran vida, se hacen realidad. No los ensueños, sino los sueños.
Hubo casi medio minuto de silencio y, luego, con gran ruido de armaduras la tripulación completa se dejaba caer como podía por la escotilla principal, lo más rápido posible. Todos se precipitaron a los remos, para remar como nunca antes lo habían hecho; y Drinian hacía girar el timón, y el contramaestre fijaba el más veloz ritmo de remada que jamás se oyera en el mar. Pues había bastado sólo medio minuto para que todos recordaran ciertos sueños que habían tenido, sueños que hacían que uno tuviera miedo de volverse a dormir, y comprendieron lo que ocurriría si desembarcaban en una tierra en que los sueños se hacen realidad”.
¿Cómo enfrentar esta realidad tan nuestra y tan ambivalente? Un taller del CEI ha estado trabajando el tema y aquí nos presenta algunas pistas para adentrarnos en este campo tan sugerente y temible al mismo tiempo.
Desde la perspectiva psico-espiritual, los sueños son un valioso instrumento para ayudar a discernir lo que Dios puede estar pidiéndonos en lo más profundo de nuestro ser, para que nuestra vida sea realmente alabanza de su gloria. Por eso, este Cuaderno quiere ser un medio para profundizar en el tema, y así servir mejor al desarrollo personal de quienes participan en retiros y talleres para continuar día a día ordenando la vida, libres de cualquier “afección desordenada”.