Prof. Hernán Cartes G.
Miembro de la Sociedad de Historia de Concepción e Instituto de Investigaciones Históricas José Miguel Carrera
Los cuatro jóvenes ascienden la ladera por el camino, observando la naturaleza del bello paisaje y lanzando expresiones de admiración por lo que les rodea. Y, en un instante de descanso, Víctor, les dice:
-Les he escuchado atentamente y debo reconocer que demuestran madurez y no solo en su excelente lenguaje, que las presenta como jovencitas de bien tanto por la pureza de los valores inculcados desde su niñez, pues al verlas de inmediato se les aprecia virtuosas, y al escucharlas uno observa que sueñan con límpidas visiones de amor, con presentimientos de una felicidad tantas veces esperada, y su alma parece esforzarse por volar un cielo limpio, a ese inexplorado mañana, brindándoles esa paz que el mundo no da, pero si está presente en los hijos cristianos. Por ello… ¡Cuánto te amo mi Gringuita!
Ante la mirada de ternura de su prometido, pareció que iban a salir palabras desde los labios de la bella joven, pero, de pronto, bajando la vista, no respondió nada. Más, sin poder evitarlo, afloró en su bello rostro una sonrisa plena de bondad y, aunque permaneció pensativa, fijando su vista en la montaña lejana, como si divagara en el tiempo y en el futuro de su existencia. Sus acompañantes, al observarla casi estática, la ven como la imagen de una virgen preciosa en meditación sacada desde un altar. Más, pronto, ella, se sobrepuso y les dijo:
-¡Dios te bendiga por la bondad en tu corazón, mi Flaquito!
Los cuatro continúan la marcha hacia la cima. Y, a medida que alcanzan más altura la vista panorámica es indescriptiblemente bella. Alcanzado el lugar de la Virgen de Los Pinos buscan donde sentarse y gozar de lo llevado para servirse y charlar.
-Perdona Elenita, pero… ¿cuál es el origen del Santuario Virgen de Los Pinos? -pregunta Víctor y la respuesta es:
-Sobre el origen del Santuario a ciencia cierta no se conoce, pero es producto de la fe popular que lo convirtió en un lugar de veneración. Se dice que aquí, donde se levanta el Santuario de la Virgen de Los Pinos, inicialmente habría sido una pequeña grutita levantada por alguien ante alguna manda concedida, quizás de alguien que falleció en el lugar y lo más probable pudo haber sido uno de aquellos llamados “Bandidos Justicieros”, que eran aquellos a quienes se les usurpó su heredad o algún veterano de la Guerra del Pacífico. Estos soldados, al ser licenciados, sufrieron el abandono por parte del Estado chileno. Muchos de ellos sufrieron la cruel acción policial de Hernán Trizzano, se la echaron al camino con el choco bajo el brazo y fueron el terror de los poderosos terratenientes que aparecieron de la noche a la mañana en estos territorios de la Araucanía. Se dice que todo pasajero, al pasar por este lugar, se detenía y pedía protección en su viaje. No olvidemos que por aquellos años de fines del siglo XIX y los primeros decenios del siglo XX , en esta tierra imperaba la ley del más fuerte y el bandolerismo sembraba el terror.
-Las familias durante el año vienen de paseo, pero es en el mes de diciembre de cada año y especialmente el día ocho, cuando se realizan procesiones religiosas para finalizar el Mes de María –interviene la Gringuita, agregando: Y este paisaje que tiene como centro principal la imagen de la Virgen María es además un lugar de esparcimiento al ser visitado por personas ante el ambiente de mucha espiritualidad, pero también de oración. Es muy concurrido, tanto por adultos como por familias. Cada año, concurren miles de feligreses, quienes salen desde la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, llevando en sus hombros la imagen de la Virgen, la que va muy adornada. Mientras se camina hacia el cerro, todos van haciendo oración y cantando canciones religiosas. Una vez que se llega a la cima, donde está ubicada la Virgen, la gente se sienta bajo los árboles y se procede a realizar una misa por los sacerdotes, finalizando de esta manera el Mes de María. Y después, cada cual comparte con los suyos “el cocaví” que ha llevado para tal ocasión. Por otro lado, existe la creencia de las mandas: la gente le pide a la Virgen que les ayude intercediendo ante Jesús, Hijo del Dios Altísimo, para aliviar alguna enfermedad grave o resolver algún problema. Y muy especialmente los estudiantes. Cuando esto se les ha concedido, como una forma de agradecimiento, le encienden velas o le colocan una plaquita. Más, cedo la palabra a Elenita Pinto.
-¡Gracias, Gringuita! Se instaló un monumento de la Virgen María ante un llamado popular. La imagen fue modelada por un artista Italiano de apellido Huffi y trasladada desde Santiago en ferrocarril. La escultura mide 2,90 metros, es de cemento blanco y pertenece a la categoría de Monumentales. El pedestal donde se encuentra situada mide alrededor de 3 metros, por lo que esta obra puede ser vista desde varios puntos de la ciudad de Traiguén. La Virgen de los Pinos fue inaugurada el 3 de Septiembre de 1933. Según la tradición oral, se dice que asume como Párroco desde el 7 de Abril de 1929 el presbítero Domingo Daza y, bajo su gestión, la Municipalidad asumió construir la base y adquirir la imagen de la Santísima Virgen María. Es tradicional que los fieles realicen la citada peregrinación cada ocho de diciembre para pagar sus mandas, celebrando el Día de La Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. Para llegar al lugar donde está la Virgen de los Pinos, se debe tomar la ruta R-816, es decir, el camino antiguo de acceso a Traiguén, ya sea a pie o en en vehículo. Las condiciones del acceso son regulares, puede presentar restricciones por el estado del camino en invierno, además de la pendiente fuerte que presenta esa colina.
Felices los adolescentes regresan a la ciudad de Traiguén y, después de haber cruzado el puente, acceden a la Plaza de Armas y se despiden de Elenita y María para irse a sus hogares. Marcela y Víctor se dirigen a la residencia de la bella jovencita.