Durante la homilía, el cardenal Chomali invitó a vivir esta Semana Santa poniendo el centro en el amor redentor de Dios, especialmente en un contexto donde muchas personas se sienten solas o sin esperanza. “El mensaje hoy día es que nos concentremos en el inmenso amor que Dios nos tiene, y ese mensaje vale para todos, para todas las personas que tienen la sensación de sentirse excluidos y de que Dios los ha abandonado. De hecho, si Jesucristo dijo: ‘Dios mío, ¿por qué me has abandonado?’, esa es una frase que todos podemos repetir siempre, porque hay una sensación de abandono muy grande, de tristeza, una falta de esperanza que estas celebraciones nos las devuelve con mucha fuerza”, expresó.
La liturgia incluyó la bendición de los ramos, la proclamación de la Pasión según San Marcos y una participación activa de la comunidad, que acompañó con recogimiento y fe.
Julieta Muñoz, joven asistente a la misa, valoró la instancia señalando que “en estos tiempos donde muchas cosas nos alejan de la fe, es importante mantener vivas nuestras creencias, y el Domingo de Ramos nos ayuda a volver al centro, a lo esencial”.
Desde una de las primeras bancas, don Ricardo Salazar, feligrés de la comuna de Renca, compartió emocionado que “venir cada año a esta misa es una forma de agradecer a Dios por todo lo que hace en mi vida. Me conmueve ver tanta gente reunida con el mismo propósito”.
Por su parte, doña Carmen Gloria Alarcón, vecina del centro de Santiago, destacó el clima de comunidad que se vive durante la celebración: “Estas misas me llenan el corazón. No vengo sola, vengo con mis nietos, porque quiero que ellos también crezcan con fe y esperanza”.
Al finalizar la celebración, el cardenal agradeció la presencia de los asistentes y animó a seguir el camino de Jesús con humildad, esperanza y compromiso con los más vulnerables.
Finalmente, el arzobispo de Santiago extendió una invitación a vivir estos días santos con alegría y sentido de comunidad: “Bueno, este es un tiempo maravilloso de esperanza. Uno va a las capillas, las parroquias, a donde vaya, está lleno de gente, y eso a mí me fortalece mucho, porque el mensaje de Jesucristo tiene 2.000 años, pero sigue más vivo y más presente que nunca. Y creo que ustedes lo van a ver, lo van a ver cómo las personas se van a acercar a los retiros, se van a acercar a todas las celebraciones, que por lo demás son muy hermosas. Y lo otro: en una sociedad donde hay un sentimiento de orfandad, yo quisiera decirles que no estamos solos. Estas mismas celebraciones las van a vivir en todas partes del mundo, personas de distintos idiomas, y eso es muy hermoso porque estamos unidos a un factor trascendente que es Jesucristo”.