En el mensaje de Cuaresma de este año, el papa Francisco nos ha invitado a dejarnos servir por Jesús, y así llegar a ser como él. El Vía Crucis celebrado personal y comunitariamente nos ayudará a profundizar en la entrega del Señor por cada uno de nosotros y a no dejar de experimentar que él no cesa de donarse a nosotros cada día. Está siempre a nuestra puerta esperando ser recibido y acogido en nuestro corazón y en nuestras opciones cotidianas.
Sería un hermoso cometido procurar que en nuestras familias y comunidades se promoviera y se reavivará esta devoción tan antigua en la Iglesia, pues a la luz de la Palabra de Dios nos permitirá reavivar nuestra fe en un Dios que no se guardo nada, para salvar a sus hijos y para ayudarles a vivir una vida plena. Renovados durante el tiempo cuaresmal podremos gozar de la resurrección y, llenos de vida, salir a las periferias existenciales, como no señala el Papa, para dar testimonio creíble a una humanidad que necesita de Dios y que lo espera en lo profundo de su corazón. Esa responsabilidad no la podemos eludir si hemos experimentado, siguiendo los pasos de Jesús, los frutos de la Resurrección.
Les invitamos a recorrer el Vía Crucis que hemos editado para ustedes en SAN PABLO. En cada estación del Viacrucis, está contemplada la palabra de Dios y una reflexión. Además de preguntas que buscan aterrizar nuestras meditaciones y que podremos transformar en oración.
Esperamos que la profundización en el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, nos motive a los creyentes a “Nacer para una Vida Nueva en él”.
A pesar de todas las miserias y de las injusticias de este mundo, que el ejercicio piadoso del Viacrucis reafirme la alegría y la esperanza en Cristo. Pues en él se ha inaugurado ya el orden definitivo del mundo. El mal y la muerte están realmente derrotados para siempre. El mundo nuevo ya ha comenzado.