Lectura del libro del Apocalipsis.
Yo, Juan, vi en el cielo otro signo grande y admirable: siete Ángeles que llevaban las siete últimas plagas, con las cuales debía consumarse la ira de Dios. También vi como un mar de cristal, mezclado de fuego. Los que habían vencido a la Bestia, a su imagen y la cifra de su nombre, estaban de pie sobre el mar de cristal, teniendo en sus manos grandes arpas, y cantaban el canto de Moisés, el servidor de Dios, y el canto del Cordero, diciendo: «¡Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los pueblos! ¿Quién dejará de temerte, Señor, quién no alabará tu Nombre? Sólo Tú eres santo, y todas las naciones vendrán a adorarte, porque se ha manifestado la justicia de tus actos». Palabra de Dios.
Comentario: El Autor presenta la imagen de los siete ángeles que llevan siete plagas o la propia ira de Dios. Esta imagen de Dios no busca inspirar miedos, sino fortalecer la fe de la comunidad cristiana tras la propia persecución que viven. Pero los cristianos sabrán estar en pie, como la propia resurrección de Cristo, que les da la valentía y la esperanza para no sucumbir ante la crisis.
R. ¡Grandes y admirables son tus obras, Señor!
Canten al Señor un canto nuevo, porque Él hizo maravillas: su mano derecha y su santo brazo le obtuvieron la victoria. R.
El Señor manifestó su victoria, reveló su justicia a los ojos de las naciones: se acordó de su amor y su fidelidad en favor del pueblo de Israel. R.
Resuene el mar y todo lo que hay en él, el mundo y todos sus habitantes; aplaudan las corrientes del océano, griten de gozo las montañas al unísono. R.
Griten de gozo delante del Señor, porque Él viene a gobernar la tierra: Él gobernará al mundo con justicia, y a los pueblos con rectitud. R.
Aleluia. Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida. Aleluia.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús hablaba a sus discípulos acerca de su venida: Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el ciclo. Pero antes de todo eso, los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre, y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí. Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa, porque Yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir. Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán. Serán odiados por todos a causa de mi Nombre. Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza. Gracias a la constancia salvarán sus vidas. Palabra del Señor.
Comentario: La pregunta de la ruina del Templo suscita una pregunta: ¿cuándo sucederá aquello? La respuesta de Jesús es un discurso conocido como “escatológico” o “fin de los tiempos”. Sin duda que esas predicciones causaban más que una inquietud, angustia o temor. En el fondo, todas esas actitudes responden a un miedo ante la vida y la falta de confianza en Dios. Solo hay que apoyarse en la verdad del Cristo.