Miles de fieles peregrinaron a Andacollo para venerar a la “Chinita”, en la Fiesta Chica del domingo 6 de octubre pasado; integrantes de los bailes religiosos, promeseros, anderos, guardias de honor, que colmaron los actos litúrgicos que se celebraron desde tempranas horas y a lo largo de la jornada.
Con devoción profunda y bajo el lema, acordado por el Consejo Pastoral Parroquial: “María mírame, si tú me miras, Él también me mirará”, se celebró la tradicional novena –desde el viernes 27 de septiembre hasta el sábado 5 de octubre- predicada este año por el P. Javier Montón, misionero claretiano. Los actos tuvieron su culmen en la Eucaristía de las 11:00 horas presidida por el arzobispo René Rebolledo Salinas, acompañado del párroco y rector del Santuario, P. Adam Bartyzol, de varios sacerdotes y diáconos permanentes. Este año la Basílica Menor se vio colmada en su capacidad, para la Misa principal. Destacó en la celebración la entrada solemne de la Cruz Peregrina de la Primera Jornada Nacional de la Juventud, portada por un grupo de jóvenes. La Cruz está peregrinando por las parroquias, comunidades, colegios y otras instancias pastorales de la Arquidiócesis. Presidirá la JNJ 2025, encuentro que tendrá lugar los días martes 21 al domingo 26 de enero de 2025.
Desde las vísperas de la fiesta, en los caminos hacia Andacollo encaminaban sus pasos devotos provenientes de distintas ciudades de Chile, como también de la hermana República Argentina, quienes recorrieron los 60 kilómetros desde La Serena hasta la Andacollo, al encuentro con la “Virgen de la Montaña”, donde Ella los esperaba.
En su homilía, a partir de los textos bíblicos previstos para el domingo 27 del Tiempo Ordinario, el Arzobispo destacó los desafíos que se presenta a la familia hoy -institución fundamental- como también la importancia de la oración por ella, especialmente por las personas mayores. Recordó su misión en la trasmisión de la fe y en los valores evangélicos. En lenguaje claro y decidido se refirió al mal del aborto y la eutanasia, y la posición que debe tener cada católica y católico.
Jaime Guerrero, quien ha presidido durante ocho años las Fiestas en honor a la Virgen del Rosario de Andacollo como Cacique General de los Bailes Religiosos, en relación a este acontecimiento eclesial extraordinario destacó: “La Fiesta Chica de Andacollo es una expresión de fe que llevamos en el corazón. Este año hemos visto nuevamente cómo miles de peregrinos llegan a la Montaña para ofrecer sus danzas, oraciones y promesas a nuestra Madre, la Virgen del Rosario. Como bailes religiosos sentimos una gran responsabilidad de mantener viva esta herencia que se ha transmitido de generación en generación. Nuestra danza es una ofrenda de agradecimiento, un signo de devoción que, estoy seguro, la Virgen recibe con amor”.
Este año, la Fiesta Chica contó con la participación de una delegación de más de 60 peregrinos provenientes de la Arquidiócesis de San Juan de Cuyo, Argentina. Entre ellos, el P. Sergio Díaz, quien expresó su emoción al participar de esta celebración: “Me llevo la imagen del rostro de la Virgen, que refleja una serenidad indescriptible. Ver a los devotos con los ojos humedecidos por la emoción es un testimonio de la gran fe que se vive aquí. Para nosotros, en San Juan de Cuyo, la Virgen de Andacollo es muy cercana; tenemos tres parroquias y dos colegios dedicados a Ella. María siempre nos acerca a Dios, y nos hace hermanos”.
La devoción y la fe fueron constantes en los miles de rostros esperanzados de los feligreses. María Rojas Araya, compartió emocionada cómo, a pesar de sus dificultades físicas, acude cada año a encontrarse con la Virgen: “La edad trae sus desafíos, pero la fe es más fuerte. Es mi deber transmitir a los jóvenes que esta devoción no es solo tradición, sino una forma de expresión de amor y de encuentro con el Señor. La Virgen nos acompaña siempre, y es mi legado seguir viniendo mientras pueda“, expresó. Por su parte, Constanza Castillo, joven integrante de los bailes religiosos, expresó el compromiso y el amor que se manifiesta en estas fiestas: “Los jóvenes tenemos la responsabilidad de mantener viva esta tradición. La Virgen nos guía y lleva a Dios con su mirada maternal, y es a través de este amor que seguimos caminando en la fe”.
La Fiesta Chica 2024 concluyó con la tradicional procesión por las calles del pueblo, un momento que quedará grabado en el corazón de todos los que participaron. Con profundo fervor, los fieles regresaron a sus hogares, alabando a Dios y agradeciendo a la Virgen del Rosario por la experiencia vivida en este encuentro espiritual.
Andacollo sigue siendo un lugar de encuentro, donde cada año, la fe, la devoción y el amor a la Virgen del Rosario fortalecen la vida espiritual de los peregrinos, quienes confían en su intercesión y en el abrazo amoroso del Padre. Todo ello, se percibió en los rostros de los peregrinos, quienes con gran fe, fervor y confianza, contemplaron el rostro sereno de la Chinita. Así, con renovada esperanza bajaron de “La Montaña”, a sus ocupaciones habituales, pero plenos de confianza que la Virgen santa los acompaña siempre.