Leccionario santoral: Ecli 26, 1-4. 13-16; Sal 130, 1-3; Lc 7, 11-17.
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica.
Acerca de la Venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con Él, les rogamos, hermanos, que no se dejen perturbar fácilmente ni se alarmen, sea por anuncios proféticos, o por palabras o cartas atribuidas a nosotros, que hacen creer que el Día del Señor ya ha llegado. Que nadie los engañe de ninguna manera. Dios los llamó, por medio de nuestro Evangelio, para que posean la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Por lo tanto, hermanos, manténganse firmes y conserven fielmente las tradiciones que aprendieron de nosotros, sea oralmente o por carta. Que nuestro Señor Jesucristo y Dios, nuestro Padre, que nos amó y nos dio gratuitamente un consuelo eterno y una feliz esperanza, los reconforte y fortalezca en toda obra y en toda palabra buena. Palabra de Dios.
Comentario: San Pablo alude a la segunda y definitiva venida del Señor. ¿cuándo será? Esto generaba un clima de ansiedad y de histeria colectiva a la comunidad, porque se pensaba que eso era algo inminente. Para una comunidad que vivía en persecución, pensar en la venida de un poder superior que desenmascarara y derrotara a las fuerzas del mal no era una ilusión sino una esperanza y realidad cierta.
R. ¡El Señor viene a gobernar la tierra!
Digan entre las naciones: «¡El Señor reina! El mundo está firme y no vacilará. El Señor juzgará a los pueblos con rectitud». R.
Alégrese el cielo y exulte la tierra, resuene el mar y todo lo que hay en él; regocíjese el campo con todos sus frutos. R.
Griten de gozo los árboles del bosque. Griten de gozo delante del Señor, porque Él viene a gobernar la tierra. R.
Él gobernará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad. El Señor viene a gobernar la tierra. R.
Aleluia. La Palabra de Dios es viva y eficaz; discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Aleluia.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús habló diciendo: ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el diezmo de la menta, del hinojo y del comino, y descuidan lo esencial de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que filtran el mosquito y se tragan el camello! ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras que por dentro están llenos de codicia y desenfreno! ¡Fariseo ciego! Limpia primero la copa por dentro, y así también quedará limpia por fuera. Palabra del Señor.
Comentario: Las severas advertencias de Jesús contrastan con la imagen que todos tenemos de él. ¿Cómo es posible que sea él mismo el que se muestre inflexible y hasta agresivo ante los fariseos y escribas? El pueblo se lamenta delante del Señor porque no escucha sus ayunos. Sin embargo, es necesario distinguir entre el ayuno formal y el real. Jesús condena a los fariseos porque hacen muchas observancias externas, pero sin la verdad del corazón. Porque el correcto ayuno no consiste únicamente en no comer carne el viernes y después hacer crecer el egoísmo, la explotación del prójimo o la ignorancia de los pobres.