Con fe y compromiso social, la Arquidiócesis de La Serena celebró la tradicional Misa de la Solidaridad en la parroquia “El Divino Salvador” de Ovalle. La Eucaristía estuvo organizada por la Pastoral Social Caritas de la Arquidiócesis bajo el lema: “Nuestra imitación de Cristo consiste en vivir la vida de Cristo”, y fue presidida por el Obispo Auxiliar, Mons. Enrique Balzan Caruana.
La Eucaristía contó además con la presencia del párroco de “El Divino Salvador”, P. Gerardo Soto Toledo, y del Asesor de la Pastoral Social Caritas de La Serena, Pbro. Renato Riveros. Durante la misa, se evocó la figura de San Alberto Hurtado, reconocido por su incansable labor en favor de los más necesitados.
En su homilía, Mons. Balzan reflexionó sobre los textos bíblicos del día y exaltó la gran labor y enseñanza de San Alberto Hurtado, subrayando la importancia de “dar hasta que duela” y de ayudar siempre a los más necesitados. Así mismo, destacó que la solidaridad no es un simple sentimiento o un acto aislado, sino una determinación constante por construir una sociedad más justa y fraterna.
Patricio Alegre, coordinador de la Pastoral Social de la Arquidiócesis, enfatizó que estas actividades permiten recordar el valor esencial de la solidaridad en la vida de cada uno. Además, subrayó que la ayuda a los más necesitados debe ser un pilar fundamental en la misión de la Iglesia.
María Eugenia Godoy, quien vivió la celebración, compartió su reflexión sobre la importancia de la solidaridad y el legado de San Alberto Hurtado en nuestras vidas. “La solidaridad es un valor que nos une y nos recuerda que estamos llamados a ser reflejo del amor de Cristo en el mundo. Estos espacios de encuentro son fundamentales para mantener vivo el legado de San Alberto Hurtado, quien nos enseñó que el verdadero servicio a los demás es la esencia de nuestra fe“.
La Misa de la Solidaridad, enmarcada en el contexto de la celebración honor a San Alberto Hurtado, renovó el compromiso de la comunidad arquidiocesana con la causa de la justicia social y el servicio a los más vulnerables, atendiendo el llamado a vivir la fe a través de acciones concretas de amor y caridad.