Con profunda devoción y alegría, la Arquidiócesis de La Serena celebró la solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María y el Día de la Vida Consagrada.

Durante la Misa, ambos obispos reflexionaron sobre las esperanzas y desafíos de la vida religiosa, subrayando la importancia de mantener viva la fe en tiempos de cambio y renovación eclesial. La celebración se convirtió en un espacio de reflexión y gratitud por los dones recibidos y el compromiso de continuar siendo una Iglesia sinodal.

La hermana Luisa Escobar, representante de Conferre Zonal de la Arquidiócesis, destacó el ambiente de fraternidad que se vivió desde las primeras horas de la mañana en un encuentro que permitió a las comunidades religiosas compartir sus experiencias y fortalecer su esperanza en la misión que llevan adelante.

En un acto de humildad y compromiso, los feligreses presentes pidieron perdón por las veces en que no supieron vivir plenamente su vocación profética. “Agradecimos por todos los dones recibidos, por el regalo de la vocación y por el desafío de ser iglesia sinodal”, expresó la hermana Escobar, resaltando el espíritu de unidad que marcó la jornada.

Este día especial no solo celebró la Asunción de la Virgen María, sino que también se reafirmaron los votos de la comunidad religiosa de la Arquidiócesis de La Serena de seguir adelante con su misión de ser testimonio vivo del amor y la esperanza en medio del pueblo de Dios.