Gran acogida tuvo en el encuentro de presbiterio de julio, el Documento de Trabajo “Fui forastero y me recibieron” (Mt 25,35), Una Mirada Cristiana a la Migración; presentado por el Obispo de Arica, Mons. Moisés Atisha.
Como todos los primeros martes del mes, también este 2 de julio, el presbiterio de la Arquidiócesis de La Serena tuvo su acostumbrado encuentro. Esta vez, después de la oración preparada y dirigida por la comunidad Claretiana de Andacollo, el Vicario Pastoral, Pbro. José Luís Flores Moyano, introdujo la primera sesión con un emotivo video, síntesis de algunos momentos de la Ordenación Episcopal de Mons. Enrique Balzan Caruana, que tuvo lugar el pasado sábado 15 junio. A partir de esas bellas imágenes, se reflexionó en pequeñas comunidades de grupo, sobre lo que a cada cual impactó y como ello podría ser un valioso aporte en la pastoral, especialmente en este tiempo en que estamos llamados a potenciar en las comunidades el espíritu sinodal. Son hermosas las conclusiones que se expusieron en la asamblea.
En la segunda parte de la mañana, el tema fue la Pastoral de Movilidad Humana. En primer término, expuso la Comisión Arquidiocesana, presidida por la hermana Oriana Román y asesorada por la hermana María del Carmen Dondá. Valiosa la información de cuanto la Comisión realiza en unión con los responsables respectivos de esta pastoral en cada una de las comunidades.
Luego, el señor Junior Daza, abogado que atiente la Oficina Pastoral de Movilidad Humana en el Arzobispado, relató los aspectos mayormente significativos del trabajo realizado: “Como encargado de la Oficina Pastoral de Movilidad Humana de la Arquidiócesis de La Serena, me entusiasma compartir con los sacerdotes el trabajo que estamos realizando para brindar apoyo y asesoría a los migrantes que llegan a la región. Nuestra misión se centra en ofrecer una atención integral que no solo responda a las necesidades básicas de nuestros hermanos migrantes, sino que también les proporcione un acompañamiento digno y humano en su proceso de integración”, expresó Daza.
El Pbro. Alberto Zambrana, sacerdote migrante proveniente de Nicaragua y que sirve en la Arquidiócesis desde hace 6 años, destacó la importancia de la exposición sobre el trabajo de la Pastoral de Movilidad Humana. Zambrana subrayó cómo las iniciativas de la pastoral, que incluyen asistencia social, asesoría legal y apoyo psicosocial, reflejan el profundo compromiso de la Iglesia ante el fenómeno de la migración en la Arquidiócesis. Agradeció el esfuerzo por acoger y apoyar a los migrantes, resaltando la colaboración y solidaridad como valores fundamentales para construir una sociedad más justa y fraternal.
El P. Osvaldo Briceño, párroco en “San Juan Evangelista”, se mostró agradecido por esta instancia de encuentro fraterno y formativo, el cual permitió ver a la migración desde otra perspectiva: “Esta instancia es importante para entender el desafío de la migración desde una perspectiva más humana y comprensiva. Como Iglesia, nuestra misión es atender y acoger a cada persona, sin importar su estatus migratorio o su país de origen. Estas reuniones nos recuerdan que, más allá de las fronteras y las nacionalidades, todos somos hermanos y hermanas en Cristo. Es nuestro deber brindar apoyo y solidaridad a los migrantes, acompañándolos en su camino y ayudándolos a integrarse en nuestra comunidad con dignidad y respeto”.
Muy contentos y agradecidos se demostraron los sacerdotes, por el modo como la Vicaria Pastoral afrontó estos dos espacios significativos del encuentro mensual. Se dispone ahora el presbiterio a prepararse para la jornada de formación continua que tendrá lugar los primeros días del mes de agosto.