¿Son posibles las apariciones de la Virgen? ¿Cuándo podemos tener seguridad de que tales mensajes vienen realmente de María? ¿Hay alguna manera de comprobarlo? ¿Para quiénes deberían ser estos mensajes? ¿La Iglesia puede obligarnos a creer en ellos? ¿Y qué decir cuando esas revelaciones vienen avaladas mediante imágenes que sangran, lloran o transpiran? ¿O cuando un vidente recibe los estigmas de Cristo? Este libro pretende aclarar este panorama, aportando algunas ideas desde el punto de vista de las Sagradas Escrituras que, junto con la Tradición y el Magisterio, constituye la única revelación obligatoria para los cristianos. En forma fácil, simple y sencilla, pero a la vez con rigor teológico, intenta dar líneas de solución para la vida y la pastoral de los creyentes.