Motivación de entrada
Nos preparamos a la eucaristía de hoy con un solemne acto de fe: “En tu poder
Señor, está todo; nadie puede resistir a tu decisión. Tú creaste el cielo y la tierra y las
maravillas todas que hay bajo el cielo. Tú eres dueño del universo” (Libro de Ester).
Acto penitencial
Entre los pecados que nos aquejan, queremos pedir perdón hoy por las rebeliones
a la voluntad de Dios, conocida pero no aceptada en nuestra vida: por habernos
puesto fuera de su proyecto.
Lecturas Bíblicas
Primera lectura: Isaías 5, 1-7.
Con la parábola de la viña, el profeta describe al pueblo de Israel: escogido para
la salvación, se vuelve estéril al punto de ser reducido a un desierto.
Segunda lectura: Filipenses 4, 6-9.
Pablo indica a los cristianos de Filipos cómo hacer objeto de reflexión, de oración
y catequesis todo valor bueno, verdadero, justo, puro, digno.
Evangelio: Mateo 21, 33-46.
Mateo nos propone la parábola de la viña, que retoma el tema de la primera lectura.
La Iglesia, en lugar de Israel, ha recibido esa viña del Señor y debe hacerla
fructificar… y la Iglesia somos todos nosotros.
Oración de los fieles
Presentación de las ofrendas
El pan y el vino que ofrecemos, fruto de muchos granos, fruto de una buena tierra
y de la fatiga humana, llegue a ser signo, por nuestro amor, de la unidad de la
familia humana.
Comunión
Unidos a Cristo, meditamos la reflexión de san Pablo: “Uno solo es el pan, y nosotros,
aun siendo muchos, somos un solo cuerpo, porque todos compartimos un
único pan y un único cáliz” (1Cor 10, 17).
Despedida
Con nuestro testimonio de auténticos cristianos, vayamos a comunicar a todos: Dios existe, vive y se nos ha revelado como Padre misericordioso en Jesucristo.