DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE SAN JUAN DE LETRÁN (F). Blanco.
Gloria. Credo. Prefacio propio.
Somos templos donde habita Dios
La basílica del Santísimo Salvador, consagrada en el año 324, más conocida como de San Juan de Letrán, es la iglesia madre y cabeza de todas las iglesias de Roma y del mundo, por ser la sede del Papa. Por eso, todas las lecturas nos hablan de la Casa de Dios. Ezequiel describe el nuevo Templo y las bendiciones que emanan de él como torrentes de agua. La escena de la expulsión de los vendedores en el Templo de Jerusalén será siempre un signo del respeto profundo que hay que tener por la Casa de Dios y no convertirla una cueva de negocios. Pablo enseña que cada uno de nosotros es santuario de Dios y, por lo tanto, hay que vivir esta consagración en nosotros y en el prójimo.
No pensemos que Jesús condena una religión primitiva, poco evolucionada. Los peregrinos necesitaban cambiar las monedas paganas en monedas del Templo, las únicas que se aceptaban en ese lugar, para comprar las ofrendas. Su crítica es más profunda. Dios no puede proteger una religiosidad de intereses y egoísmos. Ni entonces ni ahora. Casi sin darnos cuenta, todos nos podemos convertir hoy en vendedores y cambistas, que no saben vivir sin buscar su propio interés. Hemos convertido el mundo en un gran mercado donde todo se compra y se vende, y corremos el riesgo de vivir incluso la relación con Dios de manera mercantil.
Hemos de hacer de nuestras comunidades un espacio donde todos nos podamos sentir en la casa del Padre. Una casa acogedora y cálida en la que a nadie se le cierren las puertas, y que ningún “pequeño” se sienta excluido o discriminado. Una casa donde aprendamos a escuchar el sufrimiento de los hijos más desvalidos de Dios y no solo nuestro propio dolor. Una casa donde podamos invocar a Dios como Padre, porque todos nos sentimos sus hijos y queremos vivir como hermanos.
Para poder hacer realidad este ideal en nuestra comunidad, o en la Iglesia universal, tenemos que comenzar por practicar estas verdades en la familia y en los pequeños grupos de trabajo o estudio en que transcurrimos la mayor parte de nuestra vida diaria. “No hagan de la Casa de mi Padre una casa de comercio” (Jn 2, 16).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: Hoy es la Fiesta de la Dedicación de la Basílica de san Juan de Letrán, “Madre y Cabeza de todas las Iglesias del mundo cristiano”, construida por Constantino en el siglo IV. Esta Basílica es símbolo de lo que somos nosotros, templos vivos donde habita el Espíritu.
1ª LECTURA Ez 40, 1. 3; 47, 1-2. 8-9. 12
Guía: Por el bautismo nos hemos convertido en templos vivos de Cristo. Dios habita no sólo en templos hechos por los hombres, sino en el corazón del cristiano que cree, ama y espera.
Lectura de la profecía de Ezequiel.
El Ángel me llevó a la entrada de la Casa, y vi que salía agua por debajo del umbral de la Casa, en dirección al oriente, porque la fachada de la Casa miraba hacia el oriente. El agua descendía por debajo del costado derecho de la Casa, al sur del altar. Luego me sacó por el camino de la puerta septentrional, y me hizo dar la vuelta por un camino exterior, hasta la puerta exterior que miraba hacia el oriente. Allí vi que el agua fluía por el costado derecho. Entonces me dijo: «Estas aguas fluyen hacia el sector oriental, bajan hasta la estepa y van a desembocar en el Mar. Se las hace salir hasta el Mar, para que sus aguas sean saneadas. Hasta donde llegue el torrente, tendrán vida todos los seres vivientes que se mueven por el suelo y habrá peces en abundancia. Porque cuando esta agua llegue hasta el Mar, sus aguas quedarán saneadas, y habrá vida en todas partes adonde llegue el torrente. Al borde del torrente, sobre sus dos orillas, crecerán árboles frutales de todas las especies. No se marchitarán sus hojas ni se agotarán sus frutos, y todos los meses producirán nuevos frutos, porque el agua sale del Santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas de remedio». Palabra de Dios.
SALMO Sal 45, 2-3. 5-6. 8-9
R. Vengan a contemplar las obras del Señor.
El Señor es nuestro refugio y fortaleza, una ayuda siempre pronta en los peligros. Por eso no tememos, aunque la tierra se conmueva y las montañas se desplomen hasta el fondo del mar. R.
Los canales del Río alegran la Ciudad de Dios, la más santa Morada del Altísimo. El Señor está en medio de ella: nunca vacilaré; Él la socorrerá al despuntar la aurora. R.
El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro baluarte es el Dios de Jacob. Vengan a contemplar las obras del Señor, Él hace cosas admirables en la tierra. R.
2ª LECTURA 1Cor 3, 9-11. 16-17
Guía: San Pablo, nos recuerda que aquellos que han sido edificados sobre Jesucristo se convierten en templos vivos de Dios entre los hombres.
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: Ustedes son el campo de Dios, el edificio de Dios. Según la gracia que Dios me ha dado, yo puse los cimientos como lo hace un buen arquitecto, y otro edifica encima. Que cada cual se fije bien de qué manera construye. El fundamento ya está puesto y nadie puede poner otro, porque el fundamento es Jesucristo. ¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él. Porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes son ese templo. Palabra de Dios.
ALELUIA 2Crón 7, 16
Aleluia. «Yo he elegido y consagrado esta Casa, a fin de que mi Nombre resida en ella para siempre», dice el Señor. Aleluia.
EVANGELIO Jn 2, 13-22
Guía: Somos templos de Dios, en los que resuena su Palabra, Jesús es la piedra an-gular del verdadero templo que estamos invitados a construir.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas. Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: «Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio». Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: El celo por tu Casa me consumirá. Entonces los judíos le preguntaron: « ¿Qué signo nos das para obrar así?». Jesús les respondió: «Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar». Los judíos le dijeron: «Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y Tú lo vas a levantar en tres días?». Pero Él se refería al templo de su cuerpo. Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que Él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que había pronunciado. Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: Preparamos la mesa para la eucaristía, presentando el pan y el vino, junto con nuestro deseo de integrarnos en la construcción del templo del Espíritu.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: Como piedras vivas edificadas sobre “Cristo”, nos acercamos a recibir su Cuerpo y su Sangre, para ser morada de Dios y crecer en la esperanza.
DESPEDIDA
Guía: Retomemos nuestras actividades sabiendo que somos templos del Espíritu Santo. Él nos impulsa a realizar la misión de extender el Reino de Dios en el mundo.