CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES
DIFUNTOS. Morado o negro.
Gloria. Credo. Prefacio de difuntos.
Recuerdos de nuestro paso por el mundo
El domingo de madrugada, un pequeño grupo de mujeres se dirige al sepulcro donde yace el cuerpo de Jesús que habían sepultado rápidamente el viernes por la tarde. Llevan perfumes y aceites para darle el último adiós. Al llegar, lo encuentran abierto y vacío. Son testigos de dos apariciones que las atemorizan: dos hombres, con vestiduras deslumbrantes, les anuncian algo increíble: Jesús, el que había muerto crucificado y sepultado, ahora, está vivo porque ha resucitado.
Al escuchar las palabras de los ángeles, las mujeres recuerdan sus experiencias de los milagros, la vida, las promesas y las profecías del Maestro y se dan cuenta de que él ya ha sido glorificado: vive una nueva existencia que ya no es la de antes.
Cuando las mujeres anuncian a los apóstoles la resurrección del Señor, ellos no les creen y consideran que están delirando por el dolor de no tenerlo más.
Un hecho, un objeto, una palabra, hasta un perfume o sensación, pueden hacernos volver a la memoria y al corazón un ser querido y también las cosas buenas y las no tan buenas que experimentamos junto a esa persona que ya no está con nosotros.
Hoy recordamos ante el Señor, a nuestros hermanos que nos precedieron en la vida, en la fe y la esperanza cristianas. Constatamos la importancia de dejar un buen recuerdo de nuestro paso por este mundo. Este buen recuerdo no perecerá con nosotros, sino que nos sobrevivirá, como el que cree en el Cristo resucitado, vivirá eternamente.
Jesús resucitado está vivo por medio de su espíritu en las comunidades. Porque ha resucitado se hace presente en cada eucaristía y en la vida de todos los que creen en él. También en nosotros.
“¿Por qué busca entre los muertos al que está vivo?” (Lc 24, 6).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: En la conmemoración de “los fieles difuntos”, con toda la Iglesia, oramos por nuestros difuntos para luego de haber muerto con Cristo, resuciten con él a la Vida eterna.
1ª LECTURA Apoc 21, 1-7
Guía: En el libro del Apocalipsis, el apóstol Juan nos invita a poner nuestra fe y mirada en una tierra totalmente nueva que está más allá de esta vida terrenal.
Lectura del libro del Apocalipsis.
Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe más. Vi la Ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo y venía de Dios, embellecida como una novia preparada para recibir a su esposo. Y oí una voz potente que decía desde el trono: «Esta es la morada de Dios entre los hombres: Él habitará con ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios. Él secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó». Y el que estaba sentado en el trono dijo: «Yo hago nuevas todas las cosas. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tiene sed, Yo le daré de beber gratuitamente de la fuente del agua de la Vida. El vencedor heredará estas cosas, y Yo seré su Dios y él será mi hijo. Palabra de Dios.
SALMO Sal 26, 1. 4. 7. 8 – 9. 13 -14
R. El Señor es mi luz y mi salvación
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré? R.
Una sola cosa he pedido al Señor, y esto es lo que quiero: vivir en la Casa del Señor todos los días de mi vida, para gozar de la dulzura del Señor y contemplar su Templo. R.
Escucha, Señor, yo te invoco en alta voz, apiádate de mí y respóndeme! Yo busco tu rostro, Señor, no lo apartes de mí. R.
Yo creo que contemplaré la bondad del Señor en la tierra de los vivientes. Espera en el Señor y sé fuerte; ten valor y espera en el Señor. R.
2ª LECTURA 1Cor 15, 20 – 23
Guía: San Pablo muestra cómo por Adán entró la muerte, ahora por Cristo nos vino la gracia y la resurrección.
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos. Porque la muerte vino al mundo por medio de un hombre, y también por medio de un hombre viene la resurrección. En efecto, así como todos mueren en Adán, así también todos revivirán en Cristo, cada uno según el orden que le corresponde: Cristo, el primero de todos, luego, aquellos que estén unidos a Él en el momento de su Venida. Palabra de Dios.
ALELUIA
Aleluia. ¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? Aleluia.
EVANGELIO Lc 24, 1-8
Guía: Las mujeres fueron donde estaba Jesús sepultado, pero se encontraron con la tumba vacía y dos hombres que le recuerdan lo que Jesús les había dicho antes de morir.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
El primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro con los perfumes que habían preparado. Ellas encontraron removida la piedra del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras estaban desconcertadas a causa de esto, se les aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes. Como las mujeres, llenas de temor, no se atrevían a levantar la vista del suelo, ellos les preguntaron: «¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. Recuerden lo que Él les decía cuando aún estaba en Galilea: “Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día”». Y las mujeres recordaron sus palabras. Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: Al presentar nuestras ofrendas de pan y de vino presentamos la vida de nuestros seres queridos que han partido, pidiendo que sean parte del Reino definitivo.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: Al comulgar con Cristo, asumimos el compromiso de aceptar la voluntad del Padre y, viviendo en comunión con él, realizar las obras propias de su Reino.
DESPEDIDA
Guía: Luego de haber participado de la eucaristía, salimos en misión anunciando que desde la Resurrección de Jesús la muerte no tiene ya la última palabra. Desde hoy seamos entonces profetas de la vida y de la esperanza.