El tema del pecado, de la tentación y de la conversión domina la liturgia de hoy. Jesús, con su ejemplo, nos fortalece y ayuda a ser fieles al Padre Dios.
Pedimos perdón por las veces que conscientemente nos hemos expuesto a las tentaciones, presumiendo de nuestras fuerzas y olvidándonos de Dios.
Suplicamos la gracia de aprovechar la cuaresma como verdadero sacramento de conversión.
Presentación de las ofrendas
Ponemos sobre el altar la ofrenda de nuestra vida, para conformarnos siempre más al proyecto de salvación que Dios tiene sobre nosotros.
Comunión
Cristo, pan de vida, aumenta en nosotros la fe, la esperanza y el amor y, a la vez, nos alimenta con su palabra salvadora.
Despedida
Tiempo de Cuaresma: tiempo de conversión; asumimos los medios que nos hacen caminar resueltamente hacia la Pascua: el ayuno solidario, la oración frecuente y la caridad fraterna con actos concretos.