José Antonio Atucha
Queridos amigos, reciban un fraterno saludo de año nuevo.
Al iniciar este año del Señor 2024, les propongo que reflexionemos en cómo Dios nos regala este tiempo para darnos vida, y vida en abundancia (Jn 10,10).
Cada día el Padre Dios se nos entrega, se nos da, nos ofrece el don de su paternidad, sus cuidados, su amor y presencia. Nos conviene aprender a valorar y agradecer este inmerecido regalo de la paternidad divina. Para ello es bueno reflexionar sobre nuestra condición de hijos amados del Padre. Redescubrir nuestra dignidad de bautizados, de ovejas del rebaño del Señor.
Aprender a recibir la vida requiere paz en el corazón, tiempo para meditar y reflexionar sobre el don de Dios; en una palabra: serenidad y profundidad.
Qué hermoso sería al inicio de este año, proponernos aprender a recibir a Dios en nuestras vidas. Que la ocupaciones y actividades diarias no ahoguen nuestra vida espiritual, más bien que sepamos llenarlas de la presencia de Dios, que las convirtamos en una oportunidad de ofrecerlas al Señor como una ofrenda agradable a sus ojos.
Recibir la vida es valorar el don que gratuitamente se nos entrega. Ello siempre traerá alegría y gozo en el corazón y, sobre todo, el deseo de hacer de este don un proyecto a desarrollar, una vocación que nos despierte y apasione.
Dios nos quiere felices y plenos, quiere que sepamos afrontar los desafíos del diario vivir llenos de sus dones y gracias, que nunca perdamos el buen ánimo y disposición de espíritu. También nuestras familia, amigos y comunidades necesitan vernos llenos de la vida de Dios. Para ellos nada mejor que la lectura y meditación diaria de la Palabra de Dios, en ella se renuevan las fuerzas y se aprende a dar testimonio de Jesús y de su Reino.
Preguntémonos:
¿Inicio el año con renovado fervor y deseos de crecer en la amistad con Dios?
¿Podría ordenar mejor mi vida espiritual y tener cada día un momento para Dios?
¿Cómo aprender a recibir el don de Dios?
Esperando que todos puedan gozar de unos merecidos días de descanso, y con el afecto de siempre, les bendice
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Buenas tardes, me gustaria aprender a recibir el Don de Dios.