Este volumen recoge las catequesis de Francisco sobre el Padrenuestro.
«Señor, enséñanos a orar», le piden a Jesús sus discípulos. Y Él les enseña la oración más audaz.
El Padrenuestro se eleva al cielo desde cualquier lugar donde haya un ser humano que tenga hambre, que llore, que luche, que sufra y se pregunte por qué. Jesús no quiere apagar lo humano en la oración; quiere que todo sufrimiento e inquietud se proyecte hacia el cielo y se convierta en diálogo. El Padre sabe lo que necesitamos antes incluso de pedírselo, pero desea que se lo comuniquemos. Y que no nos demos por vencidos, pues nuestra oración siempre transforma la realidad: o cambia las cosas a nuestro alrededor, o nos cambia el corazón.
La oración cristiana por antonomasia es, además, comunitaria; del tú pasa al nosotros sin espacio para el yo: somos responsables unos de otros.