Queridos hermanos: la alegría de celebrar la fiesta del Beato Santiago Alberione nos ayuda a darle un nuevo impulso a la misma misión que el Espíritu le ha confiado para nuestro tiempo. Mientras el «mundo está en una profunda metamorfosis», en un cambio radical, mientras también vivimos el anhelo de llegar a la humanidad con la luz del apóstol Pablo, vislumbramos en nuestro Fundador a un padre que ha generado una Familia de apóstoles y una multitud de apostolados. La comunicación realmente es una fuerza vital que nos pide salir de nosotros mismos, alimentar la “cultura del encuentro”, porque en los caminos incluso digitales –y de la inteligencia artificial– vive una humanidad que en sí tiene arraigado el deseo de una vida en plenitud y del encuentro con Jesús Camino, Verdad y Vida.
A los 60 años del Decreto conciliar Inter mirifica (del 4 de diciembre de 1963), vemos –según las palabras del Primer Maestro– la constatación de que «la actividad paulina es declarada como apostolado, junto a la predicación oral», una verdadera “metamorfosis” de la acción evangelizadora de la Iglesia. Y esto nos anima a vivir con intensidad nuestra misión, con un corazón agradecido, con una creatividad que supere nuestra timidez para dar vida a iniciativas valientes por el Evangelio.
Caminemos sostenidos por la fe en el Maestro y alimentados con el Pan de la vida y de la fraternidad. Y que el ejemplo de santidad del Beato Santiago Alberione nos ayude a recibir ese camino de transformación que también la comunicación moderna nos pide, una transformación que, en realidad, es una invitación explícita a dejarnos conformar con Cristo, él, que hizo nuevas todas las cosas.
Fraternamente,
Don Doménico Sóliman
Superior general