De la feria. Verde. Santa Teresa Benedicta de la Cruz, v. y mr. (ML). Rojo. Santa María en Sábado. Blanco.
Lectura Hab 1, 12–2, 4
Lectura de la profecía de Habacuc.
¿No eres Tú, Señor, desde los tiempos antiguos, mi Dios, mi Santo, que no muere jamás? Tú, Señor, pusiste a ese pueblo para hacer justicia, Tú, mi Roca, lo estableciste para castigar. Tus ojos son demasiado puros para mirar el mal y no puedes contemplar la opresión. ¿Por qué, entonces, contemplas a los traidores y callas cuando el impío devora a uno más justo que él? ¡Tú tratas a los hombres como a los peces del mar, como a reptiles, que no tienen jefe! ¡Él los pesca a todos con el anzuelo, los barre y los recoge con sus redes! Por eso se alegra y se regocija, y ofrece sacrificios e incienso a sus redes, porque gracias a ellas su porción es abundante y sus manjares, suculentos. ¿Vaciará sus redes sin cesar, masacrando a los pueblos sin compasión? Me pondré en mi puesto de guardia y me apostaré sobre el muro; vigilaré para ver qué me dice el Señor, y qué responde a mi reproche. El Señor me respondió y dijo: Escribe la visión, grábala sobre unas tablas para que se la pueda leer de corrido. Porque la visión aguarda el momento fijado, ansía llegar a término y no fallará; si parece que se demora, espérala, porque vendrá seguramente, y no tardará. El que no tiene el alma recta, sucumbirá, pero el justo vivirá por su fidelidad. Palabra de Dios.
Comentario: Habacuc sabe dialogar en forma cercana con Dios, y en la intimidad le plantea todas las preguntas posibles y sus interrogantes más profundas. Un texto que motiva, especialmente a quien tienen cuestionamientos y necesitan respuestas claras de Dios y su Iglesia.
Salmo Sal 9, 8-13
R. ¡No abandones a los que te buscan, Señor!
El Señor reina eternamente y establece su trono para el juicio: Él gobierna al mundo con justicia y juzga con rectitud a las naciones. R.
El Señor es un baluarte para el oprimido, un baluarte en los momentos de peligro. ¡Confíen en ti los que veneran tu Nombre, porque Tú no abandonas a los que te buscan! R.
Canten al Señor, que reina en Sión, proclamen entre los pueblos sus proezas. Porque Él pide cuenta de la sangre, se acuerda de los pobres y no olvida su clamor. R.
ALELUIA Cfr. 2Tim 1, 10
Aleluia. Nuestro Salvador Jesucristo destruyó la muerte e hizo brillar la vida, mediante la Buena Noticia. Aleluia.
Evangelio Mt 17, 14-20
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Un hombre se acercó a Jesús y, cayendo de rodillas, le dijo: “Señor, ten piedad de mi hijo, que es epiléptico y está muy mal: frecuentemente cae en el fuego y también en el agua. Yo lo llevé a tus discípulos, pero no lo pudieron sanar”. Jesús respondió: “¡Generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo aquí”. Jesús increpó al demonio, y éste salió del niño, que desde aquel momento, quedó sano. Los discípulos se acercaron entonces a Jesús y le preguntaron en privado: “¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?”. “Porque ustedes tienen poca fe, les dijo. Les aseguro que si tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, dirían a esta montaña: ‘Trasládate de aquí a allá’, y la montaña se trasladaría; y nada sería imposible para ustedes”. Palabra del Señor.
Comentario: La fe no sólo se necesita para pedir a Dios, también para sentir su apoyo cuando realizamos cuanto nos ha confiado. Y con una fe como un grano de mostaza, podemos realizar muchos milagros. ¿Tenemos fe? ¿Cuáles son los milagros que Dios hizo por nuestro intermedio?