La celebración de hoy es toda una alabanza a Cristo, rey del universo, rey de los corazones: un rey que no excluye a nadie y quiere salvar a todos con la fuerza de su amor misericordioso.
Hoy pedimos perdón: por no haber servido a Jesús, rey clemente y compasivo; por no atender a su presencia amorosa; por no trabajar con tesón por su reino de amor, justicia y paz.
Pedimos que en el mundo, liberado del pecado y restaurado por Cristo, podamos servirlo y alabarlo siempre.
Presentación de las ofrendas
El ofrecimiento del pan y del vino, quiere simbolizar hoy nuestra generosa e incondicional entrega a trabajar por el adviento del Reino: iVenga a nosotros tu Reino!
Comunión
En nuestra comunión con Cristo Rey, pedimos que sea fuerza para seguirlo aquí en todo y gozarlo un día en su reino glorioso.
Despedida
Vayamos alegres y esperanzados a anunciar y a trabajar para que se haga realidad el Reino de Cristo: reino eterno y universal; reino de verdad, vida, de santidad y de gracia, de justicia, amor y paz.