Inicio del Mes de la Biblia.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica.
Hermanos: Les rogamos y les exhortamos en el Señor Jesús, que vivan conforme a lo que han aprendido de nosotros sobre la manera de comportarse para agradar a Dios. De hecho, ustedes ya viven así: hagan mayores progresos todavía. Ya conocen las instrucciones que les he dado en nombre del Señor Jesús. La voluntad de Dios es que sean santos, que se abstengan del pecado carnal, que cada uno sepa usar de su cuerpo con santidad y respeto, sin dejarse arrastrar por los malos deseos, como hacen los paganos que no conocen a Dios. Que nadie se atreva a perjudicar ni a dañar en esto a su hermano, porque el Señor hará justicia por todas estas cosas, como ya se lo hemos dicho y atestiguado. Dios, en efecto, no nos llamó a la impureza, sino a la santidad. Por eso, el que desprecia estas normas, no desprecia a un hombre, sino a Dios, a ese Dios que les ha dado su Espíritu Santo. Palabra de Dios.
Comentario: Los ruegos del Apóstol incluyen mandatos e instrucciones para que lleven una vida cristiana, que implica un progreso de transformación personal y comunitaria. Por eso, san Pablo recurre a ciertas instrucciones en nombre del Señor, para que lleven y practiquen una vida en Cristo y no en otra cosa. Les pide que: «sean santos y la conversión de vida personal y comunitaria».
R. ¡Alégrense, justos, en el Señor!
¡El Señor reina! Alégrese la tierra, regocíjense las islas incontables. La justicia y el derecho son la base de su trono. R.
Las montañas se derriten como cera delante del Señor, que es el dueño de toda la tierra. Los cielos proclaman su justicia y todos los pueblos contemplan su gloria. R.
Tú amas, Señor, a los que odian el mal, proteges la vida de tus fieles y los libras del poder de los malvados. R.
Nace la luz para el justo, y la alegría para los rectos de corazón. Alégrense, justos, en el Señor y alaben su santo nombre. R.
Aleluia. Estén prevenidos y oren incesantemente, así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre. Aleluia.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «El reino de los cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas al encuentro del es¬poso. Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes. Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite, mientras que las prudentes tomaron sus lámparas y también llenaron de aceite sus frascos. Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas. Pero a medianoche se oyó un grito: “Ya viene el esposo, salgan a su encuentro”. Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas. Las necias dijeron a las prudentes: “¿Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan?”. Pero estas les respondieron: “No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado”. Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta. Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: “Señor, señor, ábrenos”; pero él respondió: “Les aseguro que no las conozco”. Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora». Palabra del Señor.
Comentario: La parábola alude a la Segunda venida del Señor y describe el momento de los que viven en la esperanza el tiempo intermedio entre la resurrección y la parusía. Jesús recalca la importancia de estar «preparados» y por eso reafirma la insensatez de las jóvenes necias, porque el problema no es que se hayan quedado «dormidas», sino que aún no se han preparado para su misión.
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Gloria y honor a ti Señor Jesús… 🙏💚✝️🇨🇱🙋🏻♂️