En un emotivo y cálido encuentro en el templo parroquial “San Juan Bautista” de Coquimbo, se celebró el Día de la Solidaridad. La jornada, que evoca la inspiradora labor social del San Alberto Hurtado, reunió a fieles de las Vicarías de La Serena y Coquimbo en la celebración de la santa Eucaristía.
El Pbro. Renato Riveros, asesor de la Pastoral Social Caritas Arquidiocesana, compartió su perspectiva sobre la importancia de cultivar el valor de la solidaridad desde los hogares. Instó a los presentes a no permanecer indiferentes ante aquellos que necesitan apoyo: “Es esencial fortalecer el espíritu solidario desde el corazón y en nuestros hogares, para no ser indiferentes a las dificultades que puedan estar enfrentando nuestras hermanas y hermanos. ¡La solidaridad es una manifestación de amor, y Dios es amor!“.
Patricio Alegre, Coordinador Arquidiocesano de la Pastoral Social Caritas, destacó la variedad de iniciativas solidarias implementadas en las parroquias y comunidades durante el Mes de la Solidaridad. Estas acciones abarcan desde la recolección de alimentos hasta la asistencia a personas mayores y aquellas privadas de libertad. Enfatizó que esta fecha también es una oportunidad para recordar el legado de San Alberto Hurtado, cuya dedicación a los necesitados debe perdurar en el tiempo y ser compartida con las generaciones venideras.
Por su parte, Martha Torres, integrante de la comunidad parroquial, señaló que con estas iniciativas que se replican en las parroquias de la Arquidiócesis, se busca dar testimonio de amor a Dios y al prójimo: “Es importante extender una mano solidaria hacia aquellos que más lo necesitan. Esta celebración nos permite reflexionar sobre la labor que se realiza en las parroquias en favor de las personas, que de una u otra forma, no la están pasando bien. El P. Riveros fue muy claro, nos invita a que, con pasión, inculquemos el valor de la solidaridad y ser capaces de comprender las dificultades que nuestras hermanas y hermanos están pasando. La libertad de acción que se nos otorga como parroquias demuestra que todos podemos contribuir de manera única y significativa para aliviar el sufrimiento de los más necesitados”.
La celebración culminó con un ágape fraterno, donde los asistentes compartieron momentos de camaradería y unidad en un ambiente ameno y acogedor.
Prosigue el Mes de la Solidaridad con las diferentes actividades programadas en la Arquidiócesis y que manifiestan el bello lema: “La alegría de donar y donarse”.