Las “ideas” sobre Dios
Hay personas que tienen una serie de ideas sobre quién es Dios y cómo actúa, e intentan –inútilmente– que esas ideas coincidan con el Dios de los cristianos. Así, aparecen las caricaturas sobre Dios: el “Dios policía”, el “Dios salvavidas”, el “Dios lejano y extraterrestre”. También, hay otras ideas sobre Dios que aparecen más “serias”, pero no por eso son menos caricaturescas y ofensivas para la fe.
Hay personas para quienes el mundo –así como está– es el mundo que Dios quiere; así vendrían de Dios tanto la riqueza de unos pocos como la pobreza de la mayoría; entonces piensan que Dios “ha bendecido” a unos pocos mientras que la mayoría queda “a la espera” de esa bendición. Como pretenden ser “creyentes” los que así piensan, no dirán que esa mayoría ha sido castigada por Dios, pero… no están entre los que han sido “bendecidos”… entonces, “al que le tocó le tocó”…
Esta horrible caricatura de un Dios así “retribucionista”, con el cual la prosperidad en este mundo es signo de su “bendición”, era cuestionada en los profetas de Israel, y tiene una crítica decisiva en el libro de Job, la historia del “justo sufriente”. En Jesucristo, el Enviado del Padre que muere como un maldito en la cruz, la blasfema caricatura de un Dios retribucionista muestra toda su distorsión.
Podríamos hacer una larga lista de estas “ideas” sobre Dios. Todas ellas tienen en común el ser construcciones humanas, y quienes las sostienen no han conocido al Dios que se ha manifestado en Jesucristo; prefieren seguir con sus ideas en lugar de acoger al Dios vivo y verdadero.
Hemos conocido a Dios
La vida cristiana es la proclamación de que hemos conocido a Dios porque él mismo se nos ha dado a conocer, es él quien nos ha buscado, es él quien se ha hecho cercano, es él quien ha establecido un diálogo, es él quien nos ha mostrado su amor. Toda la iniciativa es de Dios, y la fe es nuestra respuesta.
Dios se nos ha dado a conocer no como una “idea”, sino como Alguien que ama, como Alguien que es la plenitud del amor y la comunica gratuitamente. El Dios de nuestra fe no es una “idea” o un solitario que contempla la dramática vida de los pobres mortales que padecen por las cosas de este mundo. Es la común-unión del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo: ¡ese es el retrato vivo de Dios que hemos conocido en Jesucristo y en cuya vida hemos sumergidos por el bautismo!
“En el nombre del Padre…”
En los momentos importantes de la vida, como también en las circunstancias de la vida diaria, los cristianos hacemos la señal de la cruz, invocando y alabando al Dios que se nos ha dado a conocer; recordándonos, al mismo tiempo, el sentido de nuestra vida y de todo lo que hacemos. Todo lo queremos vivir en nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Comisión Nacional de Liturgia
Al terminar el tiempo de Pascua e iniciar el tiempo común del año litúrgico, lo hacemos acogiendo y contemplando el misterio de Dios mismo, la Santísima Trinidad. Así, en esta celebración acogemos, contemplamos, agradecemos y proclamamos el Dios que se nos ha dado a conocer en el envío del Señor Jesús y en el envío del Espíritu Santo.
La lectura del libro del Éxodo nos narra uno de los tantos encuentros de Dios con Moisés. Es Dios que, compasivo y misericordioso, viene a renovar su Alianza con un pueblo que ha sido infiel.
Lectura del libro del Éxodo. En aquellos días: Moisés subió a la montaña del Sinaí, como el Señor se lo había ordenado, llevando las dos tablas en sus manos. El Señor descendió en la nube, y permaneció allí, del Señor. El Señor pasó delante de él y exclamó: “El Señor es un Dios compasivo y bondadoso, lento para enojarse, y pródigo en amor y fidelidad”. Moisés cayó de rodillas y se postró, diciendo: “Si realmente me has brindado tu amistad, dígnate, Señor, ir en medio de nosotros. Es verdad que éste es un pueblo obstinado, pero perdona nuestra culpa y nuestro pecado, y conviértenos en tu herencia”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
R. A ti, eternamente, gloria y honor.
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres, alabado y exaltado eternamente. Bendito sea tu santo y glorioso Nombre, alabado y exaltado eternamente. R.
Bendito seas en el Templo de tu santa gloria, aclamado y glorificado eternamente por encima de todo. Bendito seas en el trono de tu Reino, aclamado por encima de todo y exaltado eternamente. R.
Bendito seas Tú, que sondeas los abismos y te sientas sobre los querubines, alabado y exaltado eternamente por encima de todo. Bendito seas en el firmamento del cielo, aclamado y glorificado eternamente. R.
El Apóstol Pablo nos invita a vivir en la alegría y nos presenta una de las primeras expresiones de la fe trinitaria de la Iglesia.
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto. Hermanos: Alégrense, trabajen para alcanzar la perfección, anímense unos a otros, vivan en armonía y en paz. Y entonces, el Dios del amor y de la paz permanecerá con ustedes. Salúdense mutuamente con el beso santo. Todos los hermanos les envían saludos. La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo permanezcan con todos ustedes.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Aleluia. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, al Dios que es, que era y que viene. Aleluia.
El evangelio que hoy escucharemos era llamado por san Agustín el “versículo de oro”, porque aquí está toda la Buena Noticia. Escuchemos con mucha atención esta proclamación del amor que Dios nos tiene.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan. Dijo Jesús: Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. El que cree en Él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Dios no es una idea, sino Alguien que ama; más aún, Dios es amor: ¿voy acogiendo, cultivando y anunciando esta maravillosa noticia para todos? En el bautismo nuestra vida ha sido sumergida en el amor del Padre, del Hijo del Espíritu Santo, ¿cómo valoro este regalo inmenso que es Dios mismo? La Biblia es la que nos permite conocer mejor al Dios de nuestra fe, ¿qué tiempo estoy dedicando a la lectura de la Palabra de Dios, para dejarme tocar por el amor de Dios?
M. Confiados, dirijamos nuestras oraciones al Padre a través de su Hijo Jesucristo, en el Espíritu Santo. A cada invocación respondemos:
R. Escúchanos, Señor, te rogamos.
1.- Por todos los bautizados que formamos la Iglesia, por todos los que creemos en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, para que seamos renovados en la fe. Roguemos al Señor. R.
2.- Por la unidad de todos los que profesan la fe cristiana, por la unidad de las iglesias cristianas y por todos sus pastores. Roguemos al Señor. R.
3.- Por quienes tienen autoridad en la sociedad civil, para que promuevan la paz, la solidaridad y la justicia. Roguemos al Señor. R.
4.- Por todos los que consagran su vida a Dios, especialmente por los monjes y monjas de los monasterios de vida contemplativa. Roguemos al Señor. R.
5.- Por los que padecen por su salud y por los que sufren las injusticias de este mundo, para que tú, Señor, los consueles con tu amor y con la solidaridad de los que creen en ti. Roguemos al Señor. R.
6.- Por nuestra comunidad, N., para que sea un signo del amor que Dios tiene por este mundo. Roguemos al Señor. R.
(Se pueden agregar otras peticiones de la comunidad)
M. Señor Dios, refugio y fortaleza nuestra, escucha las oraciones de tu Iglesia y concédenos, por tu bondad, lo que pedimos con fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Para las Asambleas Dominicales en Ausencia del Presbítero (ADAP) y la comunión de enfermos.
M. Bendito seas, Dios nuestro, que nos has mostrado tu amor y lo has derramado en nuestros corazones.
R. ¡Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo!
1.- Bendito seas, Dios nuestro, que amas tanto a nuestro mundo que das tu vida por salvarlo. R.
2.- Bendito seas, Dios nuestro, que nos llamas a vivir como hijos tuyos en tu Hijo, el Señor Jesús, y por la fuerza de tu Espíritu Santo. R.
M. Padre, en el Señor Jesús vienes a nuestro encuentro y nos haces hijos tuyos regalándonos tu mismo Espíritu Santo. Con la confianza de los hijos que se sienten amados te decimos: Padre nuestro…
Un solo Señor/ Todos unidos, formando un solo cuerpo/ Juntos como hermanos/ Comiendo del mismo pan/ Alabaré.