La Ascensión del Señor (S). Blanco.
Gloria. Credo. Prefacio de la Asunción.
Jornada Mundial de las Comunicaciones sociales. Semana de oración por la unidad de los cristianos.
El Señor ha sido glorifico
Jesús resucitado no subió al cielo en el sentido literal de la palabra, como un cohete, porque Dios no habita en el espacio. El cielo no está en ningún lugar porque es un estado, es estar con Dios y en Dios, verlo, gozarlo y poseerlo para siempre.
Por eso, para entender mejor esta fiesta, quizá, sea preferible hablar de la glorificación, o de la exaltación del Señor. Los Apóstoles dejan Jerusalén, van a Galilea y lo encuentran en la montaña que él les ha indicado. Lo adoran, lo que significa reconocer su divinidad. No obstante, en ellos, todavía queda la sombra de la duda.
Jesús se acerca y transforma su incertidumbre en fe y les da un nuevo mandato: “Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo”. Les hace una promesa: “Yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo”.
Para los Apóstoles, comienza una nueva experiencia: vivir en la presencia de Jesús sin tenerlo físicamente adelante. Ir a predicarlo sin esperar nada, viendo como único premio el cumplir el mandamiento de la persona que más aman y que jamás olvidarán.
La ascensión es la puerta abierta a una nueva relación con Jesús. Somos libres en la medida en que dependemos de Dios en este breve aquí y en la dependencia total en el misterio de la Resurrección para siempre.
La ascensión no es una ausencia, sino una nueva presencia. El Espíritu de Jesús, presente y actuante, llena su ausencia física, inspira y eleva los corazones; sopla donde quiere, hermana a sus seguidores y hace creíble el testimonio de los creyentes.
La ascensión no es abandonarnos a nuestra suerte, sino experimentar la plenitud de Jesús dentro de nosotros. Jesús ya no pertenece ni al tiempo, ni a una cultura, ahora es el Señor y se vincula con todos los hombres. Los discípulos cumplieron la misión de Jesús y lo predicaron por todo el mundo. Su experiencia no quedó reducida al grupo de los once. Si somos cristianos, tenemos que sentir la voz de Cristo que hoy nos sigue llamando a predicarlo en la familia, en el trabajo, en los medios de comunicación, etc.
“Yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: La fiesta de la Ascensión de Jesús es la fiesta del hombre: en Cristo, nuestra cabeza, se anticipa a nuestra glorificación.
PRIMERA LECTURA Hech 1, 1-11
Guía: Lucas narra la Ascensión del Señor a los cielos. Comienza ahora el tiempo de la Iglesia en el mundo hasta la vuelta de Cristo.
Lectura de los Hechos de los Apóstoles.
En mi primer Libro, querido Teófilo, me referí a todo lo que hizo y enseñó Jesús, desde el comienzo, hasta el día en que subió al cielo, después de haber dado, por medio del Espíritu Santo, sus últimas instrucciones a los Apóstoles que había elegido. Después de su Pasión, Jesús se manifestó a ellos dándoles numerosas pruebas de que vivía, y durante cuarenta días se les apareció y les habló del Reino de Dios. En una ocasión, mientras estaba comiendo con ellos, les recomendó que no se alejaran de Jerusalén y esperaran la promesa del Padre: «La promesa, les dijo, que Yo les he anunciado. Porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo, dentro de pocos días». Los que estaban reunidos le preguntaron: «Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?» Él les respondió: «No les corresponde a ustedes conocer el tiempo y el momento que el Padre ha establecido con su propia autoridad. Pero recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra». Dicho esto, los Apóstoles lo vieron elevarse, y una nube lo ocultó de la vista de ellos. Como permanecían con la mirada puesta en el cielo mientras Jesús subía, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: «Hombres de Galilea, ¿por qué siguen mirando al cielo? Este Jesús que les ha sido quitado y fue elevado al cielo, vendrá de la misma manera que lo han visto partir». Palabra de Dios.
SALMO Sal 46, 2-3. 6-9
R. El Señor asciende entre aclamaciones.
O bien: Aleluia.
Aplaudan, todos los pueblos, aclamen al Señor con gritos de alegría; porque el Señor, el Altísimo, es temible, es el soberano de toda la tierra. R.
El Señor asciende entre aclamaciones, asciende al sonido de trompetas. Canten, canten a nuestro Dios, canten, canten a nuestro Rey. R.
El Señor es el Rey de toda la tierra, cántenle un hermoso himno. El Señor reina sobre las naciones el Señor se sienta en su trono sagrado. R.
SEGUNDA LECTURA Éf 1, 17-23
Guía: La Ascensión de Jesús compromete a los cristianos a una vocación de servicio, es decir: a vivir y orientar a la comunión eclesial los abundantes y diversos frutos del Espíritu Santo.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso.
Hermanos: Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les conceda un espíritu de sabiduría y de revelación que les permita conocerlo verdaderamente. Que Él ilumine sus corazones, para que ustedes puedan valorar la esperanza a la que han sido llamados, los tesoros de gloria que encierra su herencia entre los santos, y la extraordinaria grandeza del poder con que Él obra en nosotros, los creyentes, por la eficacia de su fuerza. Éste es el mismo poder que Dios manifestó en Cristo, cuando lo resucitó de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, elevándolo por encima de todo Principado, Potestad, Poder y Dominación, y de cualquier otra dignidad que pueda mencionarse tanto en este mundo como en el futuro. Él puso todas las cosas bajo sus pies y lo constituyó, por encima de todo, Cabeza de la Iglesia, que es su Cuerpo y la Plenitud de Aquél que llena completamente todas las cosas. Palabra de Dios.
ALELUIA Mt 28, 19-20
Aleluia. «Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo», dice el Señor. Aleluia.
EVANGELIO Mt 28, 16-20
Guía: Al terminar su evangelio, Mateo relata el mandato de Jesús de anunciar el mensaje de salvación a todos. Él los asistirá en todas las situaciones.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Después de la resurrección del Señor, los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado. Al verlo, se postraron delante de Él; sin embargo, algunos todavía dudaron. Acercándose, Jesús les dijo: “Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que Yo les he mandado. Y Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”. Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: Con el ofrecimiento del pan y del vino, “frutos de la tierra y del trabajo de los hombres”, anticipamos, en esperanza, el cielo nuevo y la tierra nueva.
PREPARACIÓN PARA LA COMUNIÓN
Guía: Cristo recibido en su cuerpo es el pan que alimenta nuestra peregrinación hacia el Padre Dios.
DESPEDIDA
Guía: Cristo, con la Ascensión al Padre, no abandona al mundo. Su presencia sigue entre nosotros, en la comunidad cristiana, en la eucaristía, en su palabra, en los pobres. Por medio de nosotros continúa su obra salvadora.