5° de Pascua. Blanco.
Gloria. Credo. Prefacio de Pascua.
Ver, conocer, creer
Hay tres verbos, ver, conocer y creer, que, en el evangelio de hoy, tejen un discurso válido también para nosotros. Jesús dejó a sus discípulos esta enseñanza en la Última Cena, momento íntimo, sublime y también denso de amenazas.
Para comprender el sentido de estos verbos y meditar el texto de hoy, debemos entender que ver no indica visión física. Los discípulos no pudieron ver al Padre en la persona de su maestro, antes de la muerte y la resurrección. Los fariseos y los letrados judíos vieron físicamente a Jesús, contemplaron sus obras, sus milagros, escucharon sus palabras y su doctrina. Tenían a la vista toda su persona, pero no creyeron.
Conocer, en los evangelios, no alude a la dimensión intelectual que nosotros le conferimos a nuestro aprendizaje. No es conocer según la inteligencia. En la Biblia, conoce perfectamente la persona simple como un niño y también la muy educada como un doctor, conoce quien es poco inteligente y también el que es muy inteligente. Conocer es darse cuenta de que Dios está cerca y camina con nosotros.
Creer es haberse convencido de que Jesús es Dios, que nació, vivió, murió y resucitó de entre los muertos. Creer no es estar seguros de que en nosotros no hay errores de religión. Creer es fiarse de Dios hasta las últimas consecuencias.
Recordemos que, durante la vida de Jesús, pocos creyeron en él a pesar de que escucharon su palabra, vieron sus buenas obras y sus milagros. Salvo sus discípulos, que hicieron obras mayores: anunciaron a todo el mundo su venida, y, gracias a ellos, nosotros creemos en él. Creyeron y dudaron, pero se fiaron ciegamente de él.
Jesús hoy nos invita, como en la última cena, a ver, conocer y creer en él para fiarnos solo de él.
“Crean en Dios y crean también en mí”, (Jn 14, 1).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: La liturgia nos presenta la más completa autorrevelación de Jesús: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”. Jesús es el único camino al Padre, la única verdad salvadora, la vida que no tiene fin.
PRIMERA LECTURA Hech 6, 1-7
Guía: Se relata en la lectura de hoy la creación de los diáconos. Como indica su palabra, son hombres llamados a servir en la Iglesia y a atender a los pobres.
Lectura de los Hechos de los Apóstoles.
En aquellos días: Como el número de discípulos aumentaba, los helenistas comenzaron a murmurar contra los hebreos porque se desatendía a sus viudas en la distribución diaria de los alimentos. Entonces los Doce convocaron a todos los discípulos y les dijeron: “No es justo que descuidemos el ministerio de la Palabra de Dios para ocuparnos de servir las mesas. Es preferible, hermanos, que busquen entre ustedes a siete hombres de buena fama, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, y nosotros les encargaremos esta tarea. De esa manera, podremos dedicarnos a la oración y al ministerio de la Palabra”. La asamblea aprobó esta propuesta y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe y a Prócoro, a Nicanor y a Timón, a Pármenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía. Los presentaron a los Apóstoles, y éstos, después de orar, les impusieron las manos. Así la Palabra de Dios se extendía cada vez más, el número de discípulos aumentaba considerablemente en Jerusalén y muchos sacerdotes abrazaban la fe.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 32, 1-2. 4-5. 18-19
R. Señor, que descienda tu amor sobre nosotros.
O bien: Aleluia.
Aclamen, justos, al Señor: es propio de los buenos alabarlo. Alaben al Señor con la cítara, toquen en su honor el arpa de diez cuerdas. R.
Porque la palabra del Señor es recta y Él obra siempre con lealtad; Él ama la justicia y el derecho, y la tierra está llena de su amor. R.
Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y sustentarlos en el tiempo de indigencia. R.
SEGUNDA LECTURA 1Ped 2, 4-10
Guía: San Pedro, en su carta, reafirma que Cristo es la piedra principal sobre la cual descansa la fe de la Iglesia.
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pedro.
Queridos hermanos: Al acercarse al Señor, la piedra viva, rechazada por los hombres pero elegida y preciosa a los ojos de Dios, también ustedes, a manera de piedras vivas, son edificados como una casa espiritual, para ejercer un sacerdocio santo y ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesucristo. Porque dice la Escritura: “Yo pongo en Sión una piedra angular, elegida y preciosa: el que deposita su confianza en ella, no será confundido”. Por lo tanto, a ustedes, los que creen, les corresponde el honor. En cambio, para los incrédulos, “la piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular: piedra de tropiezo y roca de escándalo”. Ellos tropiezan porque no creen en la Palabra: esa es la suerte que les está reservada. Ustedes, en cambio, son “una raza elegida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido” para anunciar las maravillas de Aquel que los llamó de las tinieblas a su admirable luz. Ustedes, que antes no eran un pueblo, ahora son el Pueblo de Dios; ustedes, que antes no habían obtenido misericordia, ahora la han alcanzado.
Palabra de Dios.
ALELUIA Jn 14, 6
Aleluia. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí”, dice el Señor. Aleluia.
EVANGELIO Jn 14, 1-12
Guía: El evangelio nos propone hoy la declaración de Jesús: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre”. Ver a Jesús, es ver al Padre.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Durante la última cena, Jesús dijo a sus discípulos: “No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí. En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, ¿les habría dicho a ustedes que voy a prepararles un lugar? Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde Yo esté, estén también ustedes. Ya conocen el camino del lugar adonde voy”. Tomás le dijo: “Señor, no sabemos a dónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?”. Jesús le respondió: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto”. Felipe le dijo: “Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta”. Jesús le respondió: “Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo dices: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que Yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras. Créanme: Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras. Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que Yo hago, y aun mayores, porque Yo me voy al Padre”.
Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: Con el pan y el vino, presentamos nuestra actividad misionera y nuestros sacrificios que sólo Dios conoce.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: “Yo soy la vid verdadera y vosotros los sarmientos; el que queda en mi y Yo en él, da mucho fruto”. Eso debe asegurarnos la comunión con Cristo.
DESPEDIDA
Guía: Como auténticos creyentes y discípulos de Jesús, anunciemos que sólo él es “el Camino, la Verdad y la Vida”, el único salvador.