Motivación de entrada
La liturgia de hoy nos presenta a Jesús que promete el Espíritu Santo a sus discípulos, y les pide que atestigüen su presencia redentora en el mundo con el amor al prójimo.
Acto penitencial
Hoy pedimos perdón por no haber sabido “dar razón de nuestra esperanza”, ante un mundo que no conoce al Señor y a veces lo rechaza por culpa de nuestra vida mediocre y sin sentido.
Lecturas bíblicas
Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 8, 5-8.14-17.
La fuerza del Espíritu Santo impulsa a los discípulos a ampliar su campo de acción más allá del pueblo de Israel.
Segunda lectura: 1Pedro 3, 15-18.
El cristiano –recuerda hoy la carta de Pedro– está llamado a dar en todo momento razón de su fe y de su esperanza.
Evangelio: Juan 14, 15-21.
Jesús nos ama; nos ha amado toda la vida y nos pide que lo amemos acogiendo y predicando sus mandamientos.
Oración de los fieles
Presentación de las ofrendas
Presentamos al Señor, con el pan y el vino, los frutos de nuestra confirmación: testimonio, misión y aceptación alegre de nuestras cruces, en el amor.
Comunión
“Si me aman -dice el Señor- cumplan mis mandamientos, y yo rogaré al Padre y Él les dará otro consolador que permanecerá con ustedes para siempre” (Jn 14, 15-16).
Despedida
El cristiano es el que sabe dar razón de su esperanza por la fuerza de su fe en Dios, y gracias al amor que le infunde el Espíritu Santo. Vayamos a anunciar la Buena Nueva.