Recursos y sugerencias: se puede realizar en un templo parroquial, capilla o en casa de familia. Se prepara un círculo de ramas verdes y se colocan cuatro velas: tres moradas y una rosada; si no, pueden ser todas blancas, adornadas con cintas: tres cintas moradas y una cinta rosada. En Navidad esta misma corona, ya adornada con flores, puede ser útil para iluminar al Niño Jesús, ubicado en el centro de ella. (otra opción es ubicar en el centro una vela más grande y adornada). Si se realiza en el templo es conveniente ubicarla cerca del altar; y si es en casa de familia, en un lugar donde habitualmente se reúnan todos. Quienes enciendan la vela de la corona pueden ser distintas personas (matrimonios, jóvenes, niños, etc.). Ilustrar el ambiente con frases visibles, una para cada domingo: 1. ¡Maranatha! ¡Ven, Señor Jesús!; 2. Preparemos el camino del Señor; 3-. ¡Alegría, el Señor está cerca!; 4. Yo soy la servidora del Señor.
Se inicia con un canto de Adviento.
† En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Guía 1: Reunidos como familia y Pueblo de Dios, iniciamos con alegría este tiempo litúrgico de Adviento, en preparación a la Navidad. Hacemos memoria de la Venida histórica de Jesús en Belén, y también nos preparamos para su Segunda Venida.
Guía 2: Este tiempo de Adviento nos llama a asumir nuestra vida cristiana con una actitud de compromiso y madurez. En vigilante espera, nos disponemos a recibir la gracia de una vida nueva, caminando hacia la luz que es Cristo y dejando atrás las obras de las tinieblas y el egoísmo.
Guía 1: Vamos a bendecir esta corona de Adviento, adornada con luces, que nos recuerda que Jesús ha venido y viene a iluminar al mundo; las ramas verdes significan la vida, el crecimiento espiritual y la esperanza que debemos cultivar; la forma circular significa que Dios no tiene principio ni fin, es eterno.
Si la bendición se realiza en la Misa, la oración la dice el sacerdote después del saludo inicial, en lugar del acto penitencial. Si se realiza en casa, la dice uno de sus miembros.
Oración de la Bendición:
La tierra, Señor, se alegra en estos días, y tu Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo, que se acerca como luz esplendorosa, para iluminar a los que estamos en las tinieblas de la duda, del dolor y del pecado. Lleno de esperanza en su venida, tu pueblo ha preparado esta corona con ramos del bosque y la ha adornado con luces. Ahora que vamos a empezar el tiempo de preparación para la Venida de tu Hijo, ocurrida hace poco más de dos mil años, te pedimos, Señor, que, mientras se acrecienta cada día el esplendor de esta corona, con nuevas luces, nos ilumines con el esplendor de aquel que, por ser la Luz del mundo, iluminará todas las oscuridades. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
Se enciende la primera vela
A partir de aquí la santa Misa continúa como de costumbre. Pero si se realiza en casa, sigue de la siguiente manera:
Guía 2: Escuchemos con atención la Palabra de Dios.
Lector: Mateo 24, 37-44.
Guía 1: Estamos invitados a compartir nuestra reflexión, mensaje o compromiso con Jesús.
Guía 2: La Palabra nos invita a estar vigilantes y preparados. Presen-temos nuestras intenciones personales y comunitarias, y digamos: Manifiéstanos, Señor, tú misericordia y danos tu salvación.
Guía 1: Como herma-nos, digamos al Padre Dios que venga su Reino de amor: Padrenuestro…
Guía 2: Con la alegría que nos da el Espíritu del Señor, esperemos vigilantes su regreso. Canto final.
Se inicia con un canto de Adviento.
† En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Si se desea, se puede repetir parte de la introducción del domingo anterior.
Guía 1: En el segundo domingo de Adviento, caminamos a la luz del evangelio, cuyo mensaje es preparar el camino, allanar los senderos. ¡Ven, Señor, rey de justicia y de paz!
Oración
Señor Jesús, esta segunda luz que vamos a encender nos avisa que debemos preparar tu Venida en nuestros corazones, en nuestras familias y lugares de trabajo, y también en esta comunidad cristiana que visitas sin cesar cuando te celebra con alegría. Concédenos que este aumento de la luz que podemos ver signifique, para cada uno de nosotros, la preparación para recibir tu amor y la expulsión de las sombras del pecado. Te lo pedimos a ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. R. Amén.
Se enciende la segunda vela
Guía 2: La Buena Noticia viene a renovar nuestra mente, voluntad y corazón.
Lector: Mateo 3, 1-12.
Guía 1: La Palabra nos invita a dar frutos de conversión, meditemos sobre ello y examinémonos.
Guía 2: Somos la voz de Cristo. Oremos por los que aún no lo conocen, y digamos: Desde lo más profundo te invocamos, Señor, ¡escúchanos!
Guía 1: Nos dirigimos al Padre Bueno que en Cristo nos perdona todas las ofensas: Padrenuestro…
Guía 2: ¡Alabemos al Señor en medio de nuestro ambiente cotidiano, y cantemos en su honor!
Se inicia con un canto de Adviento.
† En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Si se desea se puede repetir parte de la introducción del primer domingo.
Guía 1: ¡Jesús es el Mesías esperado! Dejemos que el gozo de esta noticia nos con-vierta en luces que anuncian al Señor que llega a restaurar nuestras familias, nuestras comunidades y nuestro país.
Oración
Avanzando hacia tu encuentro, Cristo Jesús, nos preparamos animados por la palabra profética del santo Precursor, Juan el Bautista. Cuando estamos muy cerca de la fiesta de tu nacimiento, Señor Jesús, crece nuestra alegría porque sigues con nosotros y no has dejado de hacerte presente en tu Iglesia para cumplir la obra inmensa de la salvación del mundo. Te recibimos, sacerdote eterno, en nuestra asamblea, santo y dador de la alegría, Jesucristo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R. Amén.
Se enciende la tercera vela (la rosada).
Guía 2: Escuchemos el mensaje de salvación, con apertura y disponibilidad.
Lector: Mateo 11, 2-11
Guía 1: La Buena Noticia es anunciada a los pobres. Compartamos este mensaje y hagámoslo vida.
Guía 2: Los excluidos, ciegos y paralíticos de hoy, necesitan ser restaurados. Intercedamos por ellos ante el Señor y digamos: ¡Restáuranos, Señor de los ejércitos, que brille tu rostro y seremos salvados!
Guía 1: Confiados en las manos del Padre que nos provee del pan de cada día, digamos: Padrenuestro…
Guía 2: Estemos siempre alegres, y viva-mos en la caridad de Cristo; alabémoslo y cantemos…
IV DOMINGO DE ADVIENTO: 18 DE DICIEMBRE
Se inicia con un canto de Adviento.
† En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Si se desea, se puede repetir parte de la introducción del primer domingo.
Guía 1: Sentimos, en el corazón, la alegría de la cercanía de la Navidad. Al encender hoy la cuarta vela, pensamos en María, y con ella esperemos con fervor y disponibilidad a nuestro Salvador.
Oración
Alégrate, Iglesia, por-que María y José han creído en el Señor. Y así el Emanuel, «Dios con nosotros», viene a salvar a su Pueblo de todas sus dificultades y sus pecados. Alégrate, Iglesia, porque caminas con Cristo en tu seno, al encuentro de todas las personas necesitadas de luz. Que el Señor nos conceda avanzar en este tercer milenio junto con él, luz de luz, que vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
Se enciende la cuarta vela.
Guía 2: Estemos siempre atentos, como san José, a la voz del Señor.
Lector: Mateo 1, 18-24.
Guía 1: Compartamos nuestra expe-riencia de conversión y como mensajeros de la Buena Noticia.
Guía 2: Elevemos con confianza y fe nuestras intenciones, y digamos: ¡Ven a socorrernos y líbranos por tu misericordia!
Guía 1: Al Padre que está en el cielo, en la tierra y en nuestro corazón digámosle: Padrenuestro…
Guía 2: Con la alegría de la cercana Navidad, porque un Niño Salvador llega, cantemos unidos…