Entre el 19 al 21 de abril se realizó la Asamblea General de Superiores Mayores de CONFERRE, en el Centro de Espiritualidad Loyola, en la comuna de Padre Hurtado. Bajo el lema: “Vida Religiosa en Camino a una Iglesia Sinodal”, más de 70 personas participaron en esta jornada, que reunió a Superioras, Superiores, representantes y delegados de las Congregaciones, los departamentos y comisiones que forman parte de esta agrupación.
En el mensaje final, que lleva por título, Vida religiosa en la senda de una Iglesia sinodal: Nos movemos hacia una iglesia nueva, los presentes manifestaron el deseo de continuar caminando como Iglesia en clave sinodal, siempre abiertos a escuchar la voz del Espíritu para discernir, tomar decisiones y llevarlas a la práctica.
“Llegó el tiempo de caminar juntos para inspirar sueños, florecer esperanzas, hacer verdad, estimular confianzas, vendar heridas, tejer nuevas y profundas relaciones, aprender unos de otros. Hacer un camino de laicos y religiosos compartiendo el carisma y la misión en clave sinodal”, manifiestan también en el documento.
Al mismo tiempo, invitan a vivir un proceso de Iglesia en reforma, en la medida que “nos urge el evangelio de la vida que estamos anunciando“. Y en ese sentido, manifestaron que les “urge la unción del Espíritu a nuestra gente y nos urgen nuestros carismas, así como también la escucha a las propuestas de las generaciones jóvenes. Nos urge privilegiar la participación de todos y caminar juntos porque somos pueblo ungido y urgido por el Espíritu“.
Mensaje final LII Asamblea General Conferre. 19 al 21 de abril de 2022
Vida religiosa en la senda de una Iglesia sinodal:
Nos movemos hacia una iglesia nueva.
En estos días en que estamos celebrando la resurrección del Señor Jesús, en tiempo de crisis mundial y nacional, la Pascua nos recuerda que la esperanza, la vida y la alegría prevalecen sobre el desconsuelo, la muerte y el dolor.
1. La Conferencia de Religiosas y Religiosos de Chile reunidos en la LII Asamblea General desde el 19 al 21 de abril expresa como Pueblo de Dios su deseo de continuar caminando como Iglesia en clave sinodal, siempre abiertos a escuchar la voz del Espíritu para discernir, tomar decisiones y llevarlas a la práctica.
2. Queremos ser testigos del evangelio entre nosotros escuchando la voz del Espíritu que nos unge y nos urge.
3. Nos sentimos llamados y llamadas a redescubrir nuestros carismas y misión en una iglesia sinodal. Dejar la inercia y recuperar la fraternidad y la radicalidad de nuestra misión evangelizadora.
4. Llegó el tiempo de caminar juntos para inspirar sueños, florecer esperanzas, hacer verdad, estimular confianzas, vendar heridas, tejer nuevas y profundas relaciones, aprender unos de otros. Hacer un camino de laicos y religiosos compartiendo el carisma y la misión en clave sinodal.
5. Nos movemos hacia una iglesia nueva, profética y esperanzadora haciendo nuestra la unción del Espíritu para construir relaciones más evangélicas y estructuras más sinodales. Necesitamos encontrarnos, caminar juntos, unir los carismas para acompañarnos en estos tiempos de vertiginosos cambios.
6. Queremos discernir juntos el proceso que Dios está haciendo en la Iglesia, escrutar con esperanza los signos de los tiempos y ser capaces de ser testimonio de servicio, transparencia y compromiso.
7. Miramos el presente y el futuro con valentía y sabiamente de frente y con tenacidad para asumir el conflicto con humildad y confianza. Sumerjámonos en tierra sagrada del otro para descubrir qué nos interpela hoy en la vida consagrada y cuando vean cómo nos amamos, nos respetamos, nos dignificamos unos con otros, podremos recuperar la confianzas y ser creíbles plenamente.
8. Agradecemos a las personas laicas que nos colaboran en este caminar, desde su vocación, profesionalismo y testimonio de vida. Les pedimos y animamos a que nos sigan ayudando a ser más coherentes y sinodales.
9. Vivamos un proceso de Iglesia en reforma porque nos urge el evangelio de la vida que estamos anunciando. Nos urge la unción del Espíritu a nuestra gente y nos urgen nuestros carismas, así como también la escucha a las propuestas de las generaciones jóvenes. Nos urge privilegiar la participación de todos y caminar juntos porque somos pueblo ungido y urgido por el Espíritu.
10. Confiamos nuestros anhelos y proyectos a la amorosa intercesión de María Santísima, Ella, la Mujer que primero creyó y vio al Resucitado, nos enseñe a ser anunciadores de gozo, esperanza y paz. Que nos siga acompañando y animando a servir, especialmente en estos tiempos de pandemia a los enfermos, ahora que festejaremos en cuasimodo y los visitaremos.
Padre Hurtado, 21 de abril de 2022.