Motivación de entrada
La liturgia de hoy nos invita a seguir a Cristo, el Cordero de Dios, que ha venido a
salvar al mundo y que nos asocia a su misión salvadora.
Acto penitencial
Hoy pedimos perdón: por no haber seguido a Jesús con prontitud y entusiasmo;
por no haber sido miembros vivos y activos en la Iglesia; por no tomar en cuenta
a María, modelo de fidelidad cristiana.
LECTURAS Bíblicas
Primera lectura: Isaías 49, 3-6.
El profeta Isaías es llamado por Dios a ser luz de las naciones para que lleve la
salvación a todos.
Segunda lectura: 1 Corintios 1, 1-3.
Pablo recuerda a los cristianos de Corinto que están llamados por Dios a ser santificados
en Jesucristo.
Evangelio: Juan 1, 29-34.
Juan el Bautista da testimonio: “Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado
del mundo”.
Presentación de las ofrendas
Al comenzar el tiempo ordinario, ponemos ante el Señor el pan y el vino de nuestros sacrificios cotidianos, con el compromiso de una vida santa.
Comunión
La comunión con Cristo –el único pan de vida– debe hacernos “un corazón y una
sola alma ” con él y con los hermanos.
Despedida
Dios sigue siendo el Emanuel: Dios con nosotros. Valoremos su presencia amiga
en lo cotidiano. Que su palabra sea luz para nuestros pasos y nos reconforte en
nuestro caminar.