La catequesis del Papa de este miércoles 29 de diciembre se centró en dos aspectos de la vida de José: su valor y su carácter de migrante, al tener que huir de la persecución del rey Herodes quien, en su desesperación por perder el poder ante el Mesías, mandó a matar a todos los recién nacidos en Belén. En este escenario se contraponen dos personajes. Por una parte, Herodes, que sintiéndose amenazado por el nacimiento del “rey de los judíos” y, defender su propio poder, decide asesinar a todos los niños de Belén menores de dos años. Él es símbolo de muchos tiranos de ayer y de hoy que quieren vencer sus miedos ejerciendo el poder de manera despótica y violenta. Por otra parte, san José, hombre justo y valiente, que para salvar la vida del niño y de la Virgen, se fía de la indicación del ángel y afronta todas las dificultades y peligros del viaje.
En ese sentido, el Pontífice destacó que la Sagrada Familia, como tantos de nuestros hermanos y hermanas en la actualidad, experimentó también la injusticia y el sufrimiento de tener que dejar la propia patria debido a la prepotencia y violencia del poderoso de turno. “La familia de Nazaret sufrió tal humillación y experimentó en primera persona la precariedad, el miedo y el dolor de tener que abandonar su tierra natal. Aún hoy en día muchos de nuestros hermanos y hermanas se ven obligados a experimentar la misma injusticia y sufrimiento. El motivo es casi siempre la prepotencia y la violencia de los poderosos. También para Jesús ocurrió así”, sostuvo Francisco.
El Obispo de Roma continuó su catequesis abordando los paralelismos que existen entre la historia del Pueblo de Dios y la huida de José, Jesús y María. “El plan de Herodes recuerda al del faraón de arrojar al Nilo a todos los hijos varones del pueblo de Israel. Y la huida a Egipto evoca toda la historia de Israel, desde Abraham, que también estuvo allí, hasta José, hijo de Jacob, vendido por sus hermanos y luego convertido en “líder del país” y a Moisés, que liberó a su pueblo de la esclavitud de los egipcios”, explicó.
No obstante la huida salva la vida de Jesús, no impide que se concrete la matanza de Herodes. Y el accionar de este, para el Papa, es el reflejo de muchos tiranos de ayer y de hoy, quienes actúan con ferocidad al verse amenazados porque solo conocen una receta para resolver los problemas: matar.
“Y esto ocurre hoy: no tenemos que ir a la historia antigua, ocurre hoy. Es el hombre que se convierte en “lobo” para los otros hombres. La historia está llena de personalidades que, viviendo a merced de sus miedos, intentan vencerlos ejerciendo el poder de manera despótica y realizando actos de violencia inhumanos. Pero no debemos pensar que sólo vivimos en la perspectiva de Herodes si nos convertimos en tiranos, no. De hecho, todos nosotros podemos caer en esta actitud, cada vez que tratamos de disipar nuestros miedos con la prepotencia, aunque sea sólo verbal o hecha a base de pequeños abusos realizados para mortificar a los que nos rodean. También nosotros tenemos en nuestro corazón la posibilidad de ser pequeños Herodes”, precisó Francisco.
Frente a la figura de Herodes, el Papa opone a José, un hombre justo y valeroso, que supo actuar según el designio del Señor y enfrentó la adversidad con valentía, superando el temor de lo que significaba un largo y peligroso viaje y las dificultades de llegar a un país extranjero, sin conocer la lengua ni contar con nadie que lo ayudara a instalarse en el lugar.
“Herodes y José son dos personajes opuestos, que reflejan las dos caras de la humanidad de siempre. Es un error común considerar la valentía como la virtud exclusiva del héroe. En realidad, la vida cotidiana de cada persona requiere valor. Nuestra vida ―la tuya, la mía, la de todos nosotros― requiere valentía: ¡no se puede vivir sin valentía! La valentía para afrontar las dificultades de cada día. En todas las épocas y culturas encontramos hombres y mujeres valientes que, por ser coherentes con sus creencias, han superado todo tipo de dificultades, soportado injusticias, condenas e incluso la muerte. La valentía es sinónimo de fortaleza, que, junto con la justicia, la prudencia y la templanza forma parte del grupo de virtudes humanas conocidas como “cardinales”, dijo el Obispo de Roma.
Para el Papa, esta es la gran lección que debemos aprender de las acciones y decisiones que toma José: “La vida siempre nos depara adversidades, esto es verdad, y ante ellas también podemos sentirnos amenazados, con miedo, pero sacar lo peor de nosotros, como hace Herodes, no es el modo para superar ciertos momentos, sino actuando como José, que reacciona ante el miedo con la valentía de confiar en la Providencia de Dios”.
Francisco también se dio un momento para pensar en los migrantes, que han debido dejar su tierra para buscar mejores perspectivas de vida, para brindar a sus familias el cuidado y protección que no tienen en sus lugares de origen. “Hoy creo que es necesaria una oración por todos los migrantes, todos los perseguidos y por todos aquellos que son víctimas de circunstancias adversas: ya sea por circunstancias políticas, históricas o personales. Pero, pensemos en tantas personas, víctimas de las guerras, que quieren huir de su patria y no pueden; pensemos en los migrantes que inician ese camino para ser libres y muchos acaban en la calle o en el mar; pensemos en Jesús en brazos de José y María, huyendo, y veamos en él a cada uno de los migrantes de hoy. La migración actual es una realidad ante la que no podemos cerrar los ojos. Es un escándalo social de la humanidad”, afirmó.
Finalmente, el Santo Padre pidió rezar al Señor Jesús, a través de la intercesión de la Virgen y san José, para que nos conceda la gracia de fiarnos de la Providencia divina en todo momento, “también la valentía de acoger con espíritu cristiano de caridad y solidaridad a todos nuestros hermanos y hermanas que han tenido que huir de su tierra y abandonar sus hogares. Que el Señor nos conceda un año nuevo lleno de sus dones y sus bendiciones”, concluyó.